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Opinion

#Columna7 Inflación o negocio

Jorge Álvarez Colín

El fenómeno económico llamado inflación, puede tener dos definiciones, dependiendo del aspecto desde donde se vea, uno del consumidor y otro del vendedor, para el consumidor es la disminución del poder adquisitivo de su dinero, mientras que para el otro es el incremento del valor de las cosas, la verdad es lo mismo, es un desajuste en la economía que afecta la vida diaria.

El problema es impactado por diversas variables económicas a nivel mundial, como podría ser el aumento de consumo de bienes y servicios después de la pandemia, desequilibrando la capacidad de suministros, insumos, materia prima, o también situaciones como la guerra en Ucrania, o como otras que son estrategia, como; escasez intencional, política fiscal, déficit fiscal, inflación estructural, inflación inercial o excesiva impresión de papel moneda, entre otras.

Las causas pueden ser también internas y externas, razones como las que ya mencionamos, pero otras de carácter nacional, en México existe un factor que se sale de la matemática económica y se vuelve un asunto sociopolítico, la presencia del crimen organizado, el cual ante la tolerancia y negación del gobierno federal, ha propiciado casi de manera institucional un programa que podría llamarse, “Extorsión para el bienestar”.

Un ejemplo, los productores agropecuarios se ven afectados de manera sistemática en las rutas carreteras, encontrándose totalmente indefensos y vulnerables, abandonados totalmente por las instituciones de seguridad que muchos veces se encuentran coludidos o peor aún, instruidos para ser facilitadores de esta industria, de lo cual no se puede pensar que existe un desconocimiento del gobierno, lógico es,  que imaginemos un acuerdo de coparticipación, pues las ganancias son dinero que no paga impuestos, inagotable y que se inyecta para patrocinar proyectos políticos.

La conclusión es aterradora, un estado que apuesta a tener recursos que intencionalmente provocan inflación interna que beneficia al estado, un negocio que se administra al amparo de una investidura.

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