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Opinion

#Columna7 Patriotas o traidores

Jorge Álvarez Colín

Hace años que la traición a la patria no era un asunto de debate público, sin embargo, las posturas y argumentaciones nos llevan a la interesante reflexión, ¿qué es ser patriota o traidor?

El punto de partida fue la consulta de revocación, que al no obtener los resultados esperados, el presidente desató su cólera y arremetió su venganza en la Cámara de Diputados con el debate de la reforma eléctrica, que al no ser aprobada se convirtió en el nuevo motivo de su discurso de guerra, es un traidor a la patria quien no esté de acuerdo con lo que el Ejecutivo propone, y me pregunto ¿amenaza eso las libertades y el principio demócrata de nuestro país? Precisamente esto es lo que señala la Constitución como delito de traición a la patria.

Traicionar a la patria es hacer cualquier cosa que atente contra la soberanía, la autodeterminación, integración o libertades de nuestro país, y claro está, quien determina esto es el Poder Judicial no la opinión de una persona.

Lo que pasa en el país es grave, porque un poder no puede intervenir en otro, la postura de los partidos opositores mostró anticipadamente el rechazo que tendría la reforma y se convirtió en una bola de nieve en la cual el presidente ya no sabía qué había dentro y dejar que chocara encontraría lo que buscaba, saber con quiénes tenía que combatir.

Delicado es que una persona sea acusada sin probarlo, más aun siendo un diputado federal sin respetar el debido proceso, es un precedente de lo que puede suceder a alguien que expresa sus ideas y puntos de vista. Estas circunstancias me recuerdan que el amor a la patria no puede estar condicionado a la coincidencia que tenga o no con alguien más, si fuera así para que una cámara de representantes populares si no pueden opinar porque podrían convertirse en traidores a la patria.

Lo que veremos en los siguientes días será una muestra de la forma en que se conducirán las contiendas electorales próximas, que Dios nos agarre confesados ante estas actitudes autoritarias, perversas y destructivas para la democracia institucional.

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