Capital Estado de México

Opinion

#Columna7 Venganza o reclamo

Jorge Álvarez Colín

La actitud del gobierno ruso parece más una venganza que un reclamo, ya que no abre espacios de diálogo y negociación, un reclamo es un proceso de ajustes y reconsideraciones, la negociación no es una visión unilateral, es más bien un acuerdo que permite ajustes para la normalización de las cosas.

Ciertamente esta guerra o más bien esta invasión tiene orígenes en el pasado, sin embargo, debemos adaptarnos a las nuevas condiciones. Los acuerdos de Minsk respondieron a una circunstancia en 2014 en la zona de Bonbass. Estos señalaban 12 puntos que fueron rotos, pero el tema no es ¿qué? o ¿quién? Los violento, vivimos tiempos muy complejos y estos exigen actualizar el contenido del acuerdo en una versión y visión que responda al momento histórico actual, tal y como se hizo con el acuerdo Minsk II.

¿Qué estamos viviendo en realidad? ¿Es posible construir acuerdos de paz? ¿Qué seguirá después en otras zonas de conflicto?, primero, lo que observamos es un fenómeno de locura de poder que sobrepasa a la naturaleza humana y se convierte en delirio de grandeza y dominación, esto es, personajes llegados al poder con gran respaldo popular, que enferman de algo que los dirige al sometimiento de todo, convirtiendo la popularidad en instrumento del abuso y autoritarismo.

Segundo, la paz se puede alcanzar, entendiendo las nuevas condiciones, querer reconstruir lo que fue, es un círculo vicioso. Y tercero, de no lograrse nuevos acuerdos, sin duda que se desatarán enfrentamientos parecidos en otras partes, pues quedará claro que los organismos internacionales de paz se han vuelto obsoletos y algo más,  una polarización  mundial.

Estamos aterrados, porque la historia de las guerras mundiales y sus saldos son desastrosos, ninguna de las cuatro generaciones que estamos conviviendo actualmente las vivió, nuestros niños serán testigos de lo que la civilización del siglo XXI no pudo resolver, será una historia repetida, cuyo testimonio mostrará la vergüenza de no haber aprendido a cohabitar como especie y fracasar en el crecimiento como humanos.

Salir de la versión móvil