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Opinion

¿Cómo justificará AMLO a Rigoberto?

Por: Eduardo Ruíz Healy
Antes de fundar Morena, su negocio disfrazado de partido político, Andrés Manuel López Obrador fue el caudillo indiscutible del PRD durante casi 12 años, desde el 5 de diciembre de 2000, día en que asumió la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, hasta el 9 de septiembre de 2012, día en que mandó al diablo al PRD, MC y PT, los partidos que lo postularon para su segunda candidatura presidencial.
Durante esa docena de años, AMLO fue quien designó a los candidatos perredistas para los más importantes cargos de elección popular federales, estatales y municipales.
En 2009 el “Peje” López hizo candidato a una diputación federal a Julio César Godoy, hermano de Leonel, el entonces gobernador de Michoacán. Julio César ganó la elección, pero fue acusado por la PGR de trabajar para el Cártel La Familia Michoacana. Con la ayuda de Alejandro Encinas pudo ingresar a la Cámara de Diputados, asumir su diputación y obtener el fuero legislativo.
Desafortunadamente, en diciembre de 2010, después de ser desaforado, se dio a la fuga y hasta ahora no ha sido capturado. En 2012 AMLO designó a José Luis Abarca como candidato a la presidencia municipal de Iguala, Guerrero. Abarca ganó en la elección realizada en julio de ese año pero pidió licencia al cargo el 30 de septiembre de 2014 –tres días después de que 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fueran secuestrados y asesinados– y se dio a la fuga con su esposa María de los Ángeles, hermana del jefe del Cártel Guerreros Unidos. Ambos fueron capturados poco más de 30 días después y hoy están presos y son juzgados por diversos delitos, entre ellos el de homicidio.
Estos son sólo dos de los muchos personajes que AMLO promovió siendo caudillo del PRD. En estos y otros casos similares el tabasqueño supo deslindarse de estos individuos y sus crímenes.
Hoy, Morena y su dueño enfrentan un nuevo escándalo ante la aparente deshonestidad de su delegado en Tláhuac, Rigoberto Salgado.
Ayer se difundió que Rigoberto es dueño de una gran Casa Blanca construida sobre un terreno de 6 mil 823 metros cuadrados en una colonia proletaria de Tláhuac. Una residencia que evidentemente estaría fuera del alcance de alguien que gana 70,000 pesos al mes.
Salgado aparentemente pudo hacerse de una fortuna mientras estuvo vinculado con “El Ojos” y su organización criminal.
Las pruebas que pueden servir para mandar a Rigoberto a la cárcel se acumulan. Aparte de echarle la culpa a la mafia del poder que sólo existe en su imaginación, ¿cómo va a deslindarse el “Peje” López de este ahijado político? ¿Se justificará nuevamente diciéndonos que no lo conoce? ¿Se indignará por los 68 desaparecidos en Tláhuac durante el último año?
ruizhealy@capitalmedia.mx
@ruizhealy
Eduardo J Ruiz-Healy
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