A veces, pareciera en muchas de las sociedades alrededor del mundo, que el esfuerzo que hacen los gobiernos para combatir la pobreza no se están reflejando en los indicadores; tenemos acciones y estrategias muy concretas, pero estas no se reflejan en esperanza y optimismo. Pareciera que hay un desafío para coordinar mejor a los ejecutores de la política pública.
Con esto en mente, la Tercera Sesión Ordinaria 2016 de la Comisión Nacional de Desarrollo Social celebrada ayer en Acapulco, tuvo como eje fundamental el cerrar filas en torno a una agenda en común entre las entidades y el Gobierno de la República. Juntos, con reciprocidad y cooperación plena, trabajaremos sobre metas claras en la superación de carencias, con un uso focalizado y responsable de los recursos a nuestra disposición para generar acciones medibles y evaluables, como el presidente Peña Nieto ha destacado.
Si bien destinamos uno de cada cinco pesos a la superación de la pobreza, tenemos ahora la encomienda de garantizar para todos el ejercicio de los derechos marcados por la Constitución, sin distinción. Así, el enfrentar el reto alimentario, ampliar la cobertura de la seguridad social y mejorar los servicios de salud, por mencionar algunas líneas de acción, serán guías inconfundibles en la misión, ahora compartida, hacia el México próspero que anhelamos.
Para lograrlo, como subrayó el Secretario Miranda, necesitamos del esfuerzo de los estados, municipios e instituciones comprometidas con el desarrollo integral del país. Estoy seguro que esta Comisión se consolidará como un instrumento permanente de diálogo y resultados porque, mientras exista un mexicano con alguna carencia, los responsables del desarrollo social tendremos una muy buena razón para trabajar en equipo.
Nuestro Dato: Entre 1995 y 2015, de acuerdo a CONEVAL, el número de personas en carencia por acceso a servicios de salud se redujo en 30 millones.