Lo más importante de la conferencia de prensa del gobernador chihuahuense Javier Corral Jurado para denunciar a Hacienda de retener recursos por cuestiones políticas no fue la denuncia en sí, sino la fotografía de los que rodeaban al funcionario: la oposición partidista y civil.
La denuncia de Corral dejó claro que la elección del 2018 será de vida o muerte para el PRI: PAN, PRD y Morena van por la destrucción final del PRI. Por eso el presidente Peña Nieto se metió al conflicto confrontando a Corral.
Corral denunció que el gobierno federal había politizado los recursos al gobierno estatal por el caso de desviación de dinero hacendario en 2016, pero paradójicamente la revelación la hizo en una conferencia de prensa rodeado de activistas políticoelectorales opositores.
La ofensiva de Corral sería la tercera en veinte años: la oposición aprovecha espacios políticos institucionales en contra el PRI. La primera ocurrió en 1996 cuando el diputado opositor Adolfo Aguilar Zínser –legislador perredista, luego independiente y más tarde funcionario del gobierno de Fox– presentó documentos sobre “pagos indebidos” de Conasupo a Maseca como parte del apoyo económico ilegal de esa empresa a la campaña de Zedillo.
La segunda no salió del espacio de las instituciones electorales: el Instituto Federal Electoral, ya totalmente autónomo, investigó el desvío de dinero de Pemex vía el sindicato petrolero de Carlos Romero Deschamps al PRI para la campaña de Labastida en el 2000 y en el 2004 el tricolor fue multado con una pena de mil millones de pesos, pero sin nadie procesado penalmente.
La tercera –que quiere ser la vencida– es la que opera Corral. La fiscalía chihuahuense arrestó al exsubsecretario general del PRI en tiempos de Manlio Fabio Beltrones acusándolo de triangular recursos de Hacienda a estados con elecciones de gobernador. Sin instrumentos políticos ni judiciales, el Gobierno Federal quedó atrapado en la red de acusaciones porque en el modelo estuvieron involucrados los secretarios de Hacienda Luis Videgaray y José Antonio Meade Kuribreña, además del presidente nacional del PRI en el 2016, Beltrones. La estridencia de la acusación del gobierno de Corral politizó el caso y llevó a que la respuesta priista y gubernamental también se politizara.
Al margen de que el expediente del caso sea débil y se base en dichos y no pruebas documentales, lo importante fue el apoyo a Corral de un grupo diverso de activistas de la oposición y de ciudadanos antipriistas. El dato mayor radica en el hecho de que los acompañantes de Corral forman parte de la alianza PAN-PRD y su candidato Ricardo Anaya.
Entre los presentes estuvieron el frustrado candidato presidencial Jorge G. Castañeda, Jacqueline Peschard –del sistema nacional anticorrupción–, el cesado fiscal electoral Santiago Nieto, la politóloga Denise Dresser –a la espera de una candidatura legislativa por el Frente–, entre otros. Estas presencias politizaron la denuncia de Corral.
La apuesta de Anaya y Corral radica en mantener el caso hasta las elecciones del primero de julio, pero el bloque anti PRI alrededor de Corral carece de consistencia.
Además, el proceso judicial contra los funcionarios chihuahuenses del gobierno de César Duarte va a entrar en la dinámica lenta de los juzgados.
Corral aumentó presión en la campaña y el PRI-gobierno gana o desaparece.
Política para dummies: La política es el arte de la persistencia, como la gota que cae sobre una piedra hasta que la horada.
http://indicadorpolitico.mx
carlosramirezh@hotmail.com
@carlosramirezh