En la entrega anterior platiqué sobre el asombro que nos causaba en los 70, 80 ó 90 enterarnos de situaciones que hoy, por desgracia, parecen ser muy comunes y como imaginas me refería a homicidios, asaltos y otro tipo de desgracias. Hoy las condiciones han cambiado y aunque a muchos no dejan de asombrarnos y entristecernos esas noticias, pues la rapidez con que viaja y se difunde la información hace casi imposible no saber de sucesos de este tipo…Nada más como referencia, mencionamos el apodo que se dio, por ejemplo a Villa Victoria, municipio mexiquense conocido por el sobrenombre de “pueblo de las viudas”. El desquite aquí, en esta demarcación, dicen los que sabían, era diario, familias enteras se mataban por generaciones, cobrando viejas cuentas. Incluso, me cuentan, que la apertura de una Agencia del Ministerio Público en la zona se debió justamente al número de decesos violentos que se reportaban…Esas historias, tardaban en conocerse debido a que nadie quería cometer indiscreciones y ser parte de las estadísticas de muertes o tarde que temprano llegaría la oportunidad del desquite…Hoy insisto, las condiciones han cambiado y nos enteramos tan rápido de las desgracias que muchos lo ven ya como una cotidianidad. La muerte lo es, ni duda, pero no en esas formas, mujeres (quizás madres, quizás hijas) violentadas por 200 pesos, hombres (quizás padres o quizás hijos) a quienes les arrebatan el futuro un celular y no conformes con verlo así natural nos atrevemos, incluso a justificar; pues ella o él tiene la culpa, si sabían cómo es de peligroso por esa calle, esa colonia, ese lugar, para qué se atreven a andar a esas horas. Sin más palabras.
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen que sería bueno que toda jornada de reforestación debería estar regulada, verificada y controlada por la Protectora de Bosques (Probosque) básicamente, porque la mayoría se hacen con pocos conocimientos básicos para sembrar árboles, el porcentaje de sobrevivencia es muy bajo y los lugares no siempre son adecuados…Cierro pico. Shalom.
