Eduardo Ruíz Healy
Los terremotos del 7 y 19 de septiembre dejaron a cientos de miles de personas damnificadas.
Hombres, mujeres y niños que perdieron todo. Sus casas y sus posesiones destruidas en cuestión de instantes. De un momento a otro perdieron lo que obtuvieron después de años de trabajar duro y honestamente, en muchos casos después de una vida de esfuerzo.
El Gobierno utilizará fondos públicos para darle una nueva vivienda a quienes la perdieron, esperemos que de mayor resistencia que la que quedó destruida.
También proveerá a los damnificados de los bienes necesarios que requieren para vivir dignamente. Serán decenas de miles de millones de pesos los que deberán dedicarse a lo anterior.
No queda de otra. Es eso o dejamos a su suerte a los cientos de miles de damnificados que en su gran mayoría ya eran pobres antes de que temblara.
Los sismos dejaron otro tipo de damnificados. Son los aspirantes a una candidatura presidencial que actualmente ocupan un cargo público que es relevante para los esfuerzos de reconstrucción de lo destruido y protección de los que resultaron lastimados. Funcionarios que serían muy mal vistos si, por buscar satisfacer sus ambiciones políticas, abandonaran sus responsabilidades.
Me refiero, en concreto, a varios secretarios de Estado, un gobernador y cuatro jefes delegacionales de la Ciudad de México.
Los secretarios de Estado que hoy no pueden darse el lujo renunciar a sus cargos para buscar la candidatura presidencial del PRI son: de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Hacienda, José Antonio Meade; de Salud, José Narro Robles; de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.
Tampoco pueden dejar sus puestos para buscar una candidatura a otro cargo: Desarrollo Social, Luis Miranda Nava; y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rosario Robles.
El gobernador al que me refiero es el jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien ya anunció que permanecerá al frente de los trabajos de reconstrucción de la ciudad que hoy gobierna. Irse en el corto plazo para buscar la presidencia afectaría negativamente su imagen.
Los jefes delegacionales que no pueden tirar la toalla ahora para buscar la candidatura a la jefatura de Gobierno o a otro cargo de elección son: el panista de Benito Juárez, Christian von Roehrich; el todavía morenista de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila; el perredista de Coyoacán, José Valentín Maldonado Salgado; y el morenista de Xochimilco, Avelino Méndez Rangel.
Estos son los 11 políticos que resultaron damnificados por los sismos de septiembre. No pueden renunciar a sus cargos porque el público no se los perdonaría y los castigaría en las urnas.
Ahora bien, la pérdida de uno siempre resulta en la ganancia de otro. Sobre los que ganaron después del 19 escribiré mañana.
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