Por: Eduardo Ruíz Healy
El jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, aspiran a ser candidatos a la presidencia de la república. Idealmente, cada uno quisiera ser postulado por el Frente Ciudadano por México (FCM) que por el momento ha unido a PAN, PRD y MC. Si quienes mandan dentro de esa alianza no logran ponerse de acuerdo en torno al método que se utilizará para elegir al candidato frentista, Mancera quisiera ser el candidato perredista y Moreno Valle el panista.
Ambos se han pronunciado varias veces en contra de que el candidato del FCM sea designado por el dedo del presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, o por un tridedazo; es decir, que el abanderado presidencial surja de un acuerdo cupular que tomen el propio Anaya, la presidenta nacional perredista, Alejandra Barrales, y el mandamás de MC, Dante Delgado.
Ayer, Mancera se refirió nuevamente al tema y dijo: Si no hay un método claro, abierto, que nos deje satisfechos, yo tengo que ser congruente con lo que le he dicho a la ciudadanía, si estamos hablando de que queremos una participación transparente, pues así tiene que plantearse… Siempre será preferible que no quede duda, que la gente sepa que hubo transparencia, a querer arrebatar, o a querer agandallarse de alguna manera el proceso… Que los
integrantes del Frente nos dieran esa seguridad a los que están planteados como aspirantes, de que pues puedan comenzar y que gane el mejor o la mejor…
De otra manera, la gente va a decir que es más de lo mismo, que decidan las cúpulas, que decidan los dirigentes, entonces para qué estamos hablando de un método. Lo que no puede haber es una simulación”. Aseguró que ni él ni Moreno Valle apoyarán al FCM si éste impone al candidato presidencial.
La verdad es que tanto Anaya como Barrales enfrentan un dilema: imponer sus propias candidaturas como candidatos a la presidencia, el primero, y a la jefatura de gobierno de la CDMX, la segunda, aunque eso provoque el descontento de muchos panistas y perredistas y debilite sus probabilidades de triunfo en las elecciones que se efectuarán el primer domingo de julio, o abrir el proceso de selección de candidatos y elegir al que más probabilidades de triunfo tengan, aunque ellos no resulten ser los elegidos.
Ayer Anaya dijo por enésima ocasión que no habrá dedazo y aseguró que “nadie piensa que el dedazo en la elección de candidatos sea bueno”. Añadió que el método de elección de los candidatos del FCM será democrático pero blindado en contra del PRI y del gobierno para evitar que el PRI se entrometa en el proceso.
Habrá que ver como resuelven su dilema Anaya y Barrales. En pocos días lo veremos.
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Eduardo J Ruiz-Healy
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