En la presentación de ayer del libro “El regreso al Infierno Electoral”, su autor, Bernardo Barranco, comentó que ve a Morena muy confiado en las encuestas, y al igual que Oscar González, líder estatal del PT, recordó cómo en 2005 el entonces candidato a la gubernatura por el PAN, el ya finado Rubén Mendoza Ayala, iba en el primer lugar de los sondeos, muy por encima de Enrique Peña Nieto, pero gracias a la “guerra sucia”, terminó sucumbiendo ante el abanderado priista, mismo caso de la aspirante del PRD, Yeidckol Polevnsky, y se lo atribuyó a la “guerra sucia”, aunque la verdad es, fue por el “borrachazo” del ahora finado Rubén Mendoza Ayala en el tristemente célebre caso de “las pelotas”, mientras que la abanderada de la entonces izquierda, Yeidckol Polevnsky, sólo se evidenció que ese no era su verdadero nombre, es decir, no hubo mentiras prefabricadas en contra de ambos. También se dijo que, en 2017, quien empezó arriba fue la panista Josefina Vázquez Mota y que se derrumbó por la exhibición de sus millonarios donativos, y sí, sí influyó, pero lo que no se dijo es que la panista nunca tuvo arraigo en el Estado de México y que le era ajena hasta a los panistas mexiquenses. González Yáñez dijo una frase muy común, “las elecciones no se ganan con encuestas” y de confiarse Delfina Gómez, ese sería su “pecado”, el de la soberbia, minimizando al PRI y a sus aliados, dando por hecho que los electores acudirán solitos a las urnas. Lo hemos reiterado en este espacio: así como en el futbol, no necesariamente gana el que hace las mejores jugadas y domina el partido sino el que mete más goles, en la política no gana el candidato de las mejores propuestas sino el que obtiene más votos, y esos lo obtendrá quien logre movilizar a sus votantes, y como en el beisbol, “esto no se acaba hasta que se acaba”… Que tengan un excelente martes, raza…Comentarios y mentadas: [email protected]