La crisis interna y administrativa en la Comisión Nacional de Derechos Humanos reflejada al exterior se debe a políticas refriteadas de un modelo de gobierno que distorsionó la autonomía de la comisión. Las decisiones de la ombudsman Rosario Piedra y ejecutadas, en su mayoría, por Francisco Estrada, secretario Ejecutivo, generan una atomización de los objetivos y trabajo interno, lo que genera contraórdenes y, en muchos casos, errores que achican a la institución.
Otro asunto que muestra las torpezas en la Secretaría Ejecutiva y la exhibe de cuerpo entero es la Auditoría Archivística del Ejercicio 2020, en la auditoría número AD-02/2021, las observaciones exhiben que se pone en riesgo el archivo institucional. Y es que la Dirección de Archivos está adscrita a la Secretaría Ejecutiva, en ella se encontraron nueve observaciones que dañan el funcionamiento de la comisión. Derivado también del equipo endeble que está alrededor de Francisco Estrada, mismo que al interior de la CNDH apodan como el “círculo machuchón”.
Entre las observaciones más marcadas destacan incongruencia en las cifras de las acciones de administración, guarda, custodia y difusión del patrimonio documental del acervo histórico institucional realizadas. En este caso, la Secretaría Ejecutiva, a través de la Dirección de Archivos no presentó al equipo auditor, la evidencia de la conformación y soporte documental en relación a las 22 mil 940 acciones reportadas en el Avance en los Indicadores de los programas presupuestarios de la Administración Pública Federal para el ejercicio fiscal 2020, las cuales no coinciden con las reportadas en el Informe Anual de la CNDH 2020, donde se reportan 18 mil 694 acciones. Es decir, está en el limbo más de 4 mil acciones.
Otra pifia es la falta de actualización de la guía de archivo documental. La Secretaría Ejecutiva, a través de la Dirección de Archivos no presentó al equipo auditor, la evidencia que compruebe la elaboración de la Guía de Archivo Documental, toda vez que el auditado informó, al Órgano de Control que se encuentra inconclusa.
Además, en la falta la actualización del Manual de Políticas y procedimientos de los Archivos de la CNDH, toda vez que el que se encuentra publicado en el portal institucional, data 2014, correspondiente a la vigencia de la extinta Ley Federal de Archivos.
De esta manera el área de Francisco Estrada, muestra la falta de capacitación en la administración pública y el debilitamiento de una institución perfilada al desmantelamiento de estructuras. Otro desacierto fue que la Dirección de Archivos no presentó al equipo auditor, la evidencia que compruebe la actualización y conservación de los archivos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Esto deriva en carencia de controles que incluyan políticas de seguridad que abarquen la estructura organizacional, clasificación y control de archivos, recursos humanos, seguridad física y ambiental, comunicaciones y administración de operaciones, control de acceso, desarrollo y mantenimiento de sistemas, continuidad de las actividades de la organización, gestión de riesgos, requerimientos legales y auditoría.
Y algo de lo más grave en que incurrió la Secretaría Ejecutiva, a través de la Dirección de Archivos es que no mostró evidencia que acreditara la actualización de la inscripción en el Registro Nacional de Archivos la existencia y ubicación de archivos bajo su resguardo.
Esto deriva en que se tiene un descuido en la operación de la CNDH que ni siquiera hay espacios y equipos necesarios para la gestión documental y administración de archivos. Ese es el verdadero desmantelamiento interno de la comisión.