La Comisión Nacional de los Derechos Humanos dejó de ser confiable en sus análisis de Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP). Ya no es una herramienta útil para el gobierno federal ni para especialistas en el tema de seguridad en penales debido a la falta de consistencia en los datos. El ejemplo más claro fue el asalto, fuga y violencia en el penal de Ciudad Juárez.
Más bien, funciona para grupos del crimen organizado que aprendieron a leer el reporte que al reducir peligrosidad a los penales se relaja la vigilancia y custodia. Con ello se vuelven blanco fácil para generar violencia y asentar al interior de las cárceles diferentes maneras de violencia.
Hilda Téllez Lino, Tercera Visitadora de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), encargada de revisar y evaluar las condiciones en que se encuentran las prisiones del país, mediante el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP), documento que se elabora de forma anual tiene inconsistencias que, ahora, dieron como resultado la fuga de 25 reos y 17 fallecidos.
Al realizarse una revisión del documento publicado por la comisión se pueden encontrar graves omisiones, complicidades o ignorancia del personal, en torno a las evaluaciones y lo manifestado en estas.
Diversos documentos elaborados por la CNDH habían manifestado la presencia de grupos de poder en prisiones como la de Ciudad Juárez, sin embargo, de un plumazo, para el año 2021, eso desapareció, a pesar de que la realidad era clara. En su evaluación el personal a cargo de Téllez Lino le dio una calificación aprobatoria de 6.79 a esa prisión. Además de calificar al estado de Chihuahua con un 7.77. La realidad es otra.
En lo referente a las condiciones de gobernabilidad en las prisiones del país, la CNDH, para el año 2021, manifiesta que solo existen en un bajo porcentaje: en 44 establecimientos de los 233 visitados, casi el 20%. A pesar de la violencia consuetudinaria que acontece en las cárceles.
Cifra irreal, y más cuando se observa que aparece que en Ciudad Juárez no existe autogobierno/cogobierno, como tampoco se señalan a las prisiones de Jalisco, feudo del CJNG; la cárcel de Cieneguillas en Zacatecas; o los centros penitenciarios de Matamoros -controlado por el Cártel del Golfo- o Nuevo Laredo -con un autogobierno cruel ejercido por el Cártel del Noreste-. Sus propias observaciones dan cuenta de esos datos.
La falta de pericia de quienes elaboran ese documento es evidente, en el mejor de los casos, dado que Hilda Téllez, por responder a su grupo político, prefirió la estrategia de la cuatroté tener con 10% de experiencia.
En esta triada se encuentra Hilda Téllez, Montserrat Rizo, Patricia Orozco, cabezas de esa visitaduría, se han encargado de entorpecer un documento que reflejaba la realidad de las cárceles del país, pero también le han restado importancia a la vida de los presos que sufren la violencia, cobros, extorsiones, de grupos de poder que la Tercera visitaduría no ve, mientras que el grupo compacto de la CNDH se la pasan en turismo penitenciario.