A cuentagotas, los cercanos de Francisco Estrada Correa, secretario Ejecutivo de la CNDH, emprendieron un caos administrativo para crecer de manera desordenada la burocracia interna de la comisión. Encontraron en el aumento de personal, el resquicio ideal para simular productividad con el supuesto objetivo de mejorar la defensoría del pueblo. Sin embargo, el desastre es mayúsculo y está documentado.

Son tres visitadurías en las que se han encontrado fallas de lo más absurdas. Al grado de tener personal que sólo cuenta con nivel de estudios de secundaria. Y es Francisco Estrada, en este momento, quien se encuentra rebasado en sus funciones. Si hasta hace unos meses era el hombre fuerte de Rosario Piedra, su trabajo como operador comenzó a flaquear en sus funciones por la serie de pifias que se desbordan a diario en la comisión y lo arrastran.

Ahora, los directores generales, Montserrat Matilde Rizo Rodríguez, de la Tercera Visitaduría; Arely López Pérez de la Cuarta Visitaduría y Raúl Arturo Ramírez Ramírez de la Quinta Visitaduría son los que a ojos de Estrada Correa contribuyen al desastre burocrático en el que se encuentra enredada la CNDH. No sólo, el secretario ejecutivo, les otorgó, en su momento, un poder desmesurado, sino que, los funcionarios emprendieron movimientos para no entregarle cuentas y mostrarle a la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra que ya es momento de una renovación en los puestos de mayor jerarquía en la CNDH.

La falta de experiencia en las visitadurías exhibe aun más la debilidad interna de la actual Secretaría Ejecutiva. La auditoría AD-15/2021 revela los exabruptos administrativos y las improvisaciones. De acuerdo con el documento, los Órganos y Unidades Administrativas, no se apegan a lo establecido en el “acuerdo” (cada órgano y unidad administrativa de la CNDH contará con una persona responsable para el archivo de trámite), derivado de que, la Tercera, Cuarta y Quinta Visitaduría General, nombraron a más de una Persona Responsable del Archivo de Trámite (PRAT’s), ya que cuentan con tres, dos y seis nombramientos respectivamente, (sin contar las oficinas foráneas de la Quinta Visitaduría General).

“Lo anterior, representa dificultades para el control de gestión del. Archivo de Trámite en dichos órganos sustantivos, ya que las directrices y comunicación de enlace con el Archivo de Concentración, carecen de eficacia, al tener más de una PRAT que lleve el control de la Visitaduría General a la que se encuentran adscritos”, detalla la auditoría.

El mal funcionamiento llega a la ironía de las personas seleccionadas, ya que la auditoría arroja que de 34 personas Responsables del Archivo de Trámite hay dos con secundaria y otras dos con carrera técnica, una en diseño gráfico y otra como secretaria y una persona con preparatoria y especialidad en literatura. A ese nivel de desprecio por el trabajo especializado en la CNDH tienen a la comisión, los integrantes del equipo de Francisco Estrada, quienes comienzan a trabajar en su contra. Todo por el control de un organismo público que se encuentra, en su estructura en general, debilitado moralmente.