Para los integrantes de la alianza “Va por México” era importante salir en la foto con Alejandro Moreno, dirigente del priismo nacional por razones de forma y fondo. Lo primero era mostrar cohesión entre las dirigencias partidistas ante las presiones desde Palacio Nacional por la iniciativa de reforma energética y dos, evitar que a través de Alito se encuentre el boquete que necesita Morena para reventar la alianza opositora desde lo electoral y lo legislativo.
Desde que el dirigente priista dejó que los gobernadores de su partido tomaran su propio camino opositor, unos manteniéndose en la Conago y otros en la Alianza federalista se mostró al exterior, la fragilidad y la disfuncionalidad institucional permitida por Moreno Cárdenas.
Y es que el PRI se encuentra dividido por las decisiones de Alejandro Moreno de excluir y palomear a candidatos, previo al 6 de junio. Esa división se mantiene y amenaza con hacerse latente para las discusiones futuras y su impacto con la alianza en el Legislativo y eso es parte de su responsabilidad política. En el mejor de los escenarios, la votación en un tema complejo como la iniciativa de reforma es que se decidirá de manera individual, no colectiva. Esto derivado de los intereses personales y vendettas internas.
Al no haber un presidente de la República emanado de sus filas para darles instrucciones, algunos tendrán razones personales, políticas y hasta legales para apoyar a Morena. En tanto, que otros se decantarán por mantener una postura opositora.
Tanto el panista Marko Cortés como su homólogo perredista Jesús Zambrano, midieron el pulso y supieron leer el contexto de que en menos de una semana ya estaba como tema alterno que el PRI es el partido que puede dar el bandazo desde el Legislativo para apoyar al partido en el poder. Por ello, la reunión fue para comprometer al priista y evitar un movimiento que afecte a la alianza.
Jesús Zambrano está seguro que la coalición sigue firme, lo que no consideró es que uno de los artífices se encuentra en una posición débil al interior de su partido. Aún así es el interlocutor, por el momento, válido para continuar con la alianza programada para durar tres años.
Marko Cortés, dirigente panista, afirma que el PAN es una valiente oposición, resistente a los embates y que busca articular a los partidos de oposición en el Congreso de la Unión para asumir el liderazgo que los ciudadanos le dieron en las pasadas elecciones.
Aunque Alejandro Moreno dio una respuesta en la que evoca el espíritu de la amalgama política al señalar: “somos una coalición sólida, que se fortalece cada día”. Lo preocupante es que en su actuar al interior del PRI es el que lo pone a él en riesgo. La alianza puede tener otros puntos sobre los que se puede sostener, incluso con la sola fracción parlamentaria impulsar temas; sin embargo, el insostenible entre los priistas es Moreno Cárdenas.