El raspón a la imagen del senador perredista Miguel Ángel Mancera fue una jugada obligada para Martí Batres, jefe de Gobierno de la ciudad, durante su discurso en el cuarto y último informe de la exfiscal Ernestina Godoy. La posibilidad de Mancera para ser el candidato de la oposición en la alcaldía Gustavo A. Madero es una versión fuerte para arrebatarle el coto de poder al enquistado grupo de Francisco Chíguil.
Llevar a Mancera a contender por la segunda alcaldía más grande, por parte de la alianza Fuerza y Corazón por México, es por la posibilidad de que, en esa contienda entre el también senador morenista César Cravioto y con ello evitar que las tribus morenistas y las perredistas encuentren la manera de negociar territorios y se tenga piso parejo. Por ello, Mancera se ganó la inferencia y el descontón.
Martí Batres Guadarrama aprovechó la tribuna e intentó ser cauto con las referencias al pasado, aunque siempre se compromete el morenismo. Mancera es el personaje favorito para la alusión inmediata a las fallas del pasado reciente en la capital, aunque los perredistas tránsfugas al morenismo también comparten responsabilidad. Con su posible candidatura a una alcaldía, Mancera se hace visible y se antoja para raspar sus aspiraciones.
Referir que Godoy Rangel investigó al principal dirigente del PRI en la Ciudad de México, “orquestador de una red de trata y prostitución, denunciado desde hace muchos años, pero intocable, fue intocable durante todo el sexenio pasado”, fue señalar que Mancera es parte de ese modelo de gobierno de componendas y acuerdos bajo la mesa.
Sin embargo, Morena en la ciudad no puede echar culpas al pasado con holgura, ya que es pisarse sus propios pasos. Y aún así, ocurrió el traspié de Batres Guadarrama y golpeteó a los suyos. Del elogio a los resultados de la exfiscal Ernestina Godoy, el mandatario capitalino pasó al gobierno fallido del sexenio anterior en manos de Mancera.
Martí Batres fustigó a la oposición al señalar: “a finales del 2018, la Ciudad de México pasaba por su peor momento en temas de seguridad y justicia; fue el año en que más delitos se cometieron en toda la historia de la ciudad, las autoridades negaban la existencia de fenómenos criminales, omitían investigar y reclasificaban delitos graves para cuidar la estadística”.
Lo que olvidó el jefe de Gobierno es que en ese año se encontraba José Ramón Amieva al frente de la Jefatura de Gobierno y quien es en la actualidad presidente municipal de Mixquiahuala, Hidalgo, por Morena. El pasado, siempre alcanza a los morenistas. El discurso de Batres tuvo toques de cuidado, pero en la Ciudad de México, Morena no puede señalar los errores pasados, ya que siempre saldrá un morenista en la lista.
Desde hace más dos décadas, Batres Guadarrama cimentó su carrera política en la capital. Siempre bajo las siglas del PRD. Ahora, para separar Morena del perredismo tardarán años. Amieva fue quien salió afectado, pero es una pieza ínfima de Morena.
Israel Mendoza Pérez
@imendozape