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#Dobleces La candidata de Palacio

 

Para asegurar una tersa continuidad del proyecto morenista en la Ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, puso en manos de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, la responsabilidad de evitar que la elección de la coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación de Morena, se descarrile y más bien, […]


Para asegurar una tersa continuidad del proyecto morenista en la Ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, puso en manos de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, la responsabilidad de evitar que la elección de la coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación de Morena, se descarrile y más bien, tome el rumbo de la institucionalización.

La institucionalización en la que se encuentra Morena en la Ciudad de México obedece a que esperarán los resultados de la encuesta para tener coordinador nacional de los Comités de Defensa, para que sea una voz extra en la decisión para la definición de aspirante en la capital. 

Morena en la Ciudad de México se convirtió en el escaparate y cuna para la cuatroté. Y es que Brugada ha respondido a los designios del presidente desde años atrás, pese y haberse ganado el mote de “Juanita”, cuando a través de una maniobra política orquestada por López Obrador, negoció la declinación del triunfo de Rafael Acosta “Juanito” de la alcaldía de Iztapalapa en 2009 a favor de la entonces perredista.

Ahora, la morenista vuelve a ser la pieza clave para complacer los intereses políticos del grupo político de la cuatroté, al que ella pertenece. Por ello, es que ha sido la primera aspirante, a coordinar los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en la Ciudad de México, en asistir a una reunión en Palacio Nacional. Después de ese encuentro, se comenzó a propagar la frase “la ruta es Clara”. Como señal de ser la “corcholata capitalina”.

Luego del acomodo de las “corcholatas” en sus respectivas dependencias y en específico, en la Ciudad de México, las aspiraciones de Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, y de Martí Batres se desvanecieron, por ello, es que le dejaron el paso libre a Brugada, aunque, la alcaldía que encabeza tiene altos índices de violencia, pobreza y basura. Sin embargo, su interés político está en ser la candidata a la Jefatura de Gobierno para el próximo año.

Con Brugada se cumple la regla de que ser puntera en las encuestas, no es sinónimo de buen gobierno. Aún así, el llamado político es superior. En todas las colonias de la demarcación hay puntos rojos —aunque Santa Martha, Paraíso, José López Portillo, Cerro de la Estrella y en Santa Cruz Meyehualco, son los centros neurálgicos de la delincuencia— que son un terror para los vecinos, hay pobreza y el clientelismo político para un proyecto a futuro que ahora, se perfila con la venia desde Palacio.

En la demarcación gobernada por Clara Brugada, ocho de cada 10 personas se sienten inseguras de vivir en Iztapalapa. Brugada en sus periodos como gobernante de Iztapalapa solo buscó posicionarse y obedecer al proyecto obradorista. La aspirante ya tiene eslogan, tiene la bendición de Palacio, pero tiene negativos en su administración elevados. Lo conseguido hasta el momento con la reunión en Palacio Nacional es el encargo a la obediencia a ciegas del patriarca.