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#Dobleces La sombra de Romero

 

La incomodidad del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia todo lo que huele al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) es obvia y comienza a aumentar. El presente con Ricardo Aldana, secretario general del sindicato es ríspido y adverso. El pasado con Carlos Romero Deschamps es vergonzoso. Esta falta de empatía y […]


La incomodidad del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia todo lo que huele al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) es obvia y comienza a aumentar. El presente con Ricardo Aldana, secretario general del sindicato es ríspido y adverso. El pasado con Carlos Romero Deschamps es vergonzoso.

Esta falta de empatía y deuda transformadora se la debe a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, quien propició unas elecciones en las que la cúpula gremial pudo ajustar los movimientos para mantener el status quo dentro de la organización sindical. La cuarta transformación validó las elecciones del sindicato y legitimó a Aldana Prieto.

A Carlos Romero Deschamps, la cuatroté le dio la salida elegante y la impunidad bajo el brazo. Sin persecución política ni convertido en un “pez gordo”. Fue una salida sin escándalos y los dirigentes seccionales se quedaron en sus puestos. Ahora, en la mañanera pidió a la Fiscalía General de la República (FGR) que informe el estado de las investigaciones iniciadas contra el ex líder petrolero, Carlos Romero Deschamps.

La petición es tan absurda como las denuncias presentadas. La disidencia durante la época de Romero Deschamps fue abyecta y recibía recursos de las oficinas del mismo sindicato para crear cortinas de humo. Durante los más de 26 años que estuvo al frente del sindicato, ninguna denuncia prosperó. Todo quedaba en el escándalo mediático y en generarle una imagen de villano. Líder charro siempre lo fue.

Ahora, al presidente le genera ruido, la escalada de inconformidades de trabajadores petroleros, “quiero saber si es real o ficticia sobre maltrato a trabajadores, sobre la falta de uniformes, de equipos de los trabajadores, porque lo veo como una campaña y quiero saber si es real para que de inmediato se atienda, que los funcionarios de Pemex atiendan la demanda”.

Ricardo Aldana sabe que es incómodo desde hace varias décadas para la oposición interna al sindicato y para un movimiento como el de la cuatroté. Su priismo y su cercanía con Romero Deschamps juegan un papel adverso en su carrera sindical.

Ahora, es el encargado de purificar el sindicato petrolero o por lo menos quitarle subordinación. Las dirigencias seccionales aún forman parte del grupo cercano de Romero Deschamps, Limón Rojas y Aldana Prieto. Personajes que dentro de la estructura del Comité Ejecutivo General del STPRM enquistaron cotos de poder en cada sección y sobre los que no se mueve nada sin su consentimiento.

Y a todo esto, Aldana se mueve con mayor influencia debido al apoyo y validez que le otorgó la cuatroté, primero al darle espacio en la mañanera y en segunda, que jamás fue objetivo de este gobierno democratizar un sindicato que tiene un arraigado tufo de corrupción y compromisos económicos y políticos fuera de la legalidad.

López Obrador entendió que la “democratización” del sindicato petrolero se cumplió y los que más perdieron fueron los grupos de petroleros afines al lopezobradorismo. Ellos no alcanzaron ni una pizca de poder y Luisa María Alcalde no advirtió de los riesgos de no haber desmantelado al grupo de Romero Deschamps.