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#Dobleces Las dueñas del poder

 

La intención de Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, de apoderarse de Morena se debe a una fijación de la familia Alcalde Luján por controlar los hilos del poder político de la cuatroté desde la dirigencia de Morena. Es una deuda y complicidad de Andrés Manuel López Obrador con Bertha Luján, al dejarle en manos […]


La intención de Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación, de apoderarse de Morena se debe a una fijación de la familia Alcalde Luján por controlar los hilos del poder político de la cuatroté desde la dirigencia de Morena. Es una deuda y complicidad de Andrés Manuel López Obrador con Bertha Luján, al dejarle en manos de su familia su legado político.

A tres meses del cambio de estafeta en la presidencia de Morena, al menos hay tres interesados en ocupar el lugar de Mario Delgado, virtual secretario de Educación. Luisa María Alcalde, quiere pasar de Gobernación al volante del ahora “partido aplanadora”; Citlali Hernández, en su paso como secretaria General del partido, ve la oportunidad de controlar el partido y atribuirse los triunfos electorales futuros que, por demás decirlo, van en automático, al menos en los próximos tres años.

Muy rezagado, en sus pretensiones a dar un paso más como político, se encuentra Jesús Ramírez, actual vocero presidencial. Aunque el bloque duro partidista es un obstáculo. Sin embargo, el extraño acuerdo con Bertha Luján, ponen en primer lugar a Luis María Alcalde para controlar el partido guinda. 

Y es que Bertha Luján fue presidenta del Consejo Nacional de Morena, y se convirtió en un factor clave para entender el proceso de empoderamiento de su clan. Su fuerza estriba en su pasado y cercanía con el Presidente. Cuando Bertha Luján fue contralora del GDF se encargó de avisarle al entonces Jefe de Gobierno que las empresas vinculadas al entonces benefactor del PRD, Carlos Ahumada habían cobrado por obras contratadas en la delegación Gustavo A. Madero que no se llevaron a cabo. El gobierno de la capital lo denunció ante la entonces PGJDF, el monto defraudado fueron 31 millones de pesos. El empresario argentino se desquitó con los videoescándalos exhibidos hace 20 años.

Desde entonces Andrés Manuel López Obrador encuentra en “deuda moral” con Luján Uranga y ahora con su descendencia. Sin embargo, esta familia sui géneris se supo colocar desde hace un par de décadas dentro de administraciones panistas y priistas. Ambas, a ojos del Presidente plagadas de corrupción.

La dirigencia de Morena es atractiva en la actualidad, ya que con una bolsa económica de 3 mil 200 millones y con el poder político adquirido en las pasadas elecciones se tiene un aparato poderoso de control sobre legisladores y gobernadores. Es el manejo de recursos para el premio y el castigo. La continuidad del proyecto lo definió el Presidente. Además de que al ser un instrumento por parte de la cúpula en el gobierno se busca que el partido quede en manos de quien es parte del juego de la cúpula en ambas estructuras.

Luisa María Alcalde se perfila como la aspirante oficial a la dirigencia del partido en el poder. Se repiten esquemas de la vieja cultura política. La apuesta es de Bertha Luján, quien a trasmano opera gracias al control sobre la burocracia partidista que conoce y que no le regatearán mientras exista la cofradía con la cúpula de la cuarta transformación.

Israel Mendoza Pérez

@imendozape