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Opinion

#Dobleces Mensaje político-religioso

El uso propagandístico de un sector de la cuatroté a la playera de la Santa Muerte, en defensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, enredó la delgada línea de la libertad de culto con el partido Morena. La apología a este culto, a través de una playera con mensaje político-religioso, obliga a la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, a deslindar al gobierno federal de una imagen utilizada por parte de un sector del partido en el poder.

Morena cometió un error al relacionar al presidente con una playera con la imagen de la Santa Muerte, ya que con ello comenzó la etiqueta en redes sociales de narcosatánicos.

Mientras el presidente trata de llevar el tema religioso personal al plano menos escabroso, y declara su fe cristiana y admirador de la política adoptada por el Papa Francisco, el partido en el poder genera un conflicto innecesario.

Si bien en el sexenio de Vicente Fox, la Secretaría de Gobernación retiró el registro como asociación religiosa a la Iglesia católica tradicionalista MEX-EU que venera a la Santa Muerte, los fieles seguidores a esta imagen mantienen sus rituales a lo largo y ancho del país.

Con la cancelación del registro en 2005, esa asociación religiosa perdió personalidad jurídica y con ello, sus derechos para integrar patrimonio propio, celebrar actos jurídicos, internar al país ministros de culto de nacionalidad extranjera y transmitir o difundir actos de culto religioso a través de los medios de comunicación. Sin embargo, ahora toma relevancia para la discusión, incluso, en la mañanera.

Al Presidente lo metieron en un vericueto los morenistas que comenzaron a propagar el uso de la playera a través de redes sociales. En su tradicional conferencia, soltó la justificación de manera blanda. Ni critica ni la admite.

“En este país somos libres de tener la religión que más se apegue a nuestra fe y también somos libres para no tener religión y debemos ser respetuosos de creyentes y de no creyentes, y eso es el Estado laico, libertad religiosa”, explicó.

Según los analistas de temas religiosos, el culto a la Santa Muerte tuvo sus orígenes en México, a través de sectores sociales frágiles que carecen de lo que debería otorgar Estado mexicano. Sin embargo, la creencia a la Santa Muerte llegó a más sectores sociales luego de la crisis económica del 94-95. Es decir, su devoción aumenta en momentos de mayor crisis política y económica.

De acuerdo, con la última revisión tan solo en la Ciudad de México se tenían registrados más de mil 500 santuarios de veneración —en calles y barrios— a la llamada también “Niña Blanca”.

Otro aspecto por el que es mal visto este culto, es por la relación con sectores vinculados a las actividades ilícitas en todo el país. Hay estigmatización con la creencia a la Santa Muerte. En el menor de los casos se le ve como un acercamiento a la santería y creencias oscuras.

El partido en el poder llevó al límite un tema polémico cuando, incluso, el presidente es un juarista declarado.

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