Al secretario de gobierno capitalino, Martí Batres, le sobran ganas por ser nombrado “corcholata”, pero le faltan simpatías, en dos de los principales círculos de poder en la Ciudad de México: en el interior de la bancada morenista y entre los alcaldes de su partido. Aunque se encuentra dentro de las mediciones de las encuestas, su nominación es artificial.
Los tiempos de Morena en la Ciudad de México, no son los mismos que a nivel nacional. El partido que encabeza Sebastián Ramírez, carece de “corcholatas” a nivel local y eso comienza a pesar en el ánimo de los aspirantes a precandidato, ya que mientras la oposición se reagrupa para la batalla electoral, el partido en el poder en la capital apenas comienza a trazar la ruta para recuperar lo perdido en 2021.
Y es que hay una subordinación vertical. En cuanto salga el coordinador nacional de defensa de la cuarta transformación, figura creada para enmascarar y placear, al próximo candidato a la presidencia, será cuando Morena en la capital defina quién va en mancuerna en la CDMX.
Martí Batres, en este momento, según la reciente encuesta de Factométrica lo ubica con 20 puntos, siete puntos abajo del secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch. Sin embargo, las posibilidades de Batres Guadarrama de ser puntero y estar en la mira de Palacio Nacional se ven lejanas. El número dos en el gobierno capitalino fue formado en la lucha de vivienda a través de la organización Benita Galeana, en algún momento cercano a René Bejarano, conoce los entresijos de la ciudad, pero es política de cañería.
Su trayectoria dentro del gobierno de la CDMX marca su futuro, y su papel ha sido de coprotagonista. En primer término, el secretario de Gobierno fue electo senador y rebotó en actual cargo por el movimiento de Rosa Icela Rodríguez en el equipo federal, luego de desempeñar funciones en la capital.
Su actual capital político es reducido, en el Congreso están con él, Carlos Hernández Mirón y Valentina Batres, quien aspira a ser candidata para la alcaldía Álvaro Obregón; así como de Janecarlo Lozano, aunque se sabe que a trasmano de los intereses del legislador, se encuentra el perredista Víctor Hugo Lobo.
En el Senado, tiene el apoyo de César Cravioto, quien llegó a su escaño como suplente del propio Batres. Mientras que, al interior de la CNDH, cuenta con Ilda Téllez Lino, titular de la Tercera Visitaduría General de la CNDH, quien no tiene empacho en promover los logros políticos de Martí Batres Guadarrama, secretario de Gobierno, desde su cargo en la comisión.
Así que su capacidad de negociación y de fuerza al interior de Morena no es tan sólido como quiere hacer creer. El cargo que actualmente ostenta no influye al interior del partido ni alcanza notoriedad entre la ciudadanía.
En la ciudad inicia la temporada de destapes ya arrancó y también de las alianzas internas para los próximos meses que se antojan de golpeteo en la ciudad y al interior de Morena en la capital.