La oposición se encuentra en un callejón sin salida. El bloque de Va por México carece de candidato visible para 2024. Mientras Morena tiene, sin empacho, tres potenciales para entrarle a la carrera, el canciller, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno y Adán Augusto López, secretario de Gobernación son los punteros morenistas.
En tanto, la oposición se percibe timorata. Además de tener en contra instituciones que juegan un papel de tumbacandidaturas. La Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera tienen un papel fundamental en la intimidación de actores políticos. Al menos dos posibles precandidatos Alejandro Moreno y Ricardo Anaya se encuentran lastimados y sin posibilidades de entrar a la pelea por la precandidatura, debido a que sus carreras se encuentran en impasse.
Si en este momento, la oposición posiciona a un personaje se va a desgastar en exceso, lo ubican al centro de los reflectores. Por ello nadie brilla; sin embargo, también se reprime.
Además, si intentan algo con olor a acto anticipado de campaña el golpeteo es demoledor. La oposición si se mueve sale raspada. Y sin candidato fuerte, despegará tarde rumbo a 2024.
Y es que la oposición tiene dos grandes problemas. El primero es que no tiene figuras nacionales o con trayectoria que pudieran aspirar en este momento a la candidatura presidencial. Van a tener un candidato, indiscutiblemente, pero no tienen figuras. Lo otro es la ausencia de programa, no alcanzan a construir un plan alternativo.
Si a esta ecuación se le suma que la oposición carece de un programa alternativo y no tienen figuras, significa que van rumbo al 2024 en una circunstancia de debilidad, contrario a la 4T.
Y es que, aunque parezca que la sucesión se aceleró, los tiempos son los que recomienda el marketing para tener candidaturas con reconocimiento público. Por ejemplo, Vicente Fox, ejemplo claro de la candidatura con posicionamiento de marca, se destapó un 6 de julio de 1997. Ahora es fecha que la oposición se encuentra atorada.
Mientras la dirigencia de Alejandro Moreno sigue siendo cuestionada en el Revolucionario Institucional, en Acción Nacional no terminan de definir una lista concreta de aspirantes y eso se traduce en tiempo perdido.
La oposición tiene dos grandes problemas. El primero es que no tiene figuras nacionales o con trayectoria que pudieran aspirar en este momento a la candidatura presidencial. Van a tener un candidato, indiscutiblemente, pero no tienen figuras. Así los tres principales partidos van rumbo al 2024 en una circunstancia de debilidad contrario a la 4T que tiene un programa y personalidades.
Algunos partidos van a empezar a acusar de que se están realizando actos anticipados de campaña. Los morenistas a la campaña de 2024 ya saben que hay formas de esquivar las acusaciones y se puede minimizar el riesgo a través de lo que dictan las leyes electorales.
El tiempo se agota y si los opositores carecen de un programa alternativo y no tienen figuras, significa que van rumbo al 2024 en una circunstancia de debilidad, contrario a la cuatroté.