Sin ser el candidato oficial de Dante Delgado, para la Ciudad de México, el diputado y aspirante, Salomón Chertorivski se convierte en un nuevo frente de choque con el sempiterno dirigente del partido naranja.
Con su destape incómodo al interior de la cúpula emecista, Salomón Chertorivski se enfila a un choque interno en su partido. Sin el respaldo abierto de Delgado Rannauro, sus aspiraciones carecen de fuerza. Además de correr con el infortunio de ser visto como un disidente, similar a lo ocurrido con Enrique Alfaro, en Jalisco.
Aunque en sus primeras declaraciones como precandidato, Chertorivski Woldenberg afirma que tiene claro cómo gobernar la capital del país, por lo que “trabajará en llegar al poder y conquistar a la ciudadanía”. La realidad es que en su partido nada se mueve sin la venia de Dante Delgado.
Y es que para Dante Delgado, el 2024 se centra solamente en la Presidencia de la República, los demás cargos en disputa no son de su interés. Así dejó pasar los comicios en el Estado de México y los tiempos y en las encuestas el partido naranja solo alcanzaba un cuatro por ciento, pero fue el primer caso en el que no quiso postular a un candidato cuando tenía seguro el paso y una candidatura competitiva con Juan Zepeda.
La decisión autoritaria del propietario de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, de batear alianzas con PRI, PAN y PRD para 2023 en Coahuila y Estado de México, es el ejemplo más claro de que el interés de Dante está por encima de los candidatos a gubernaturas, senadurías o diputaciones. Él va por la presidencia de la República con el candidato que mejor le retribuya dividendos.
La confrontación con Enrique Alfaro, es otro ejemplo de que el estilo duro de Dante Delgado se marcó y definió el futuro del partido en Jalisco. El gobernador, Enrique Alfaro, tenía en su objetivo impulsar la candidatura al gobierno local en 2024 al senador Clemente Castañeda o al secretario del Sistema de Asistencia social estatal, Alberto Esquer. Por su parte, Delgado intentaba colocar al alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, quien lideraba las encuestas.
Durante, los recientes años, Delgado Rannauro se ha dedicado a reclutar a priistas desencantados y convertidos en disidentes. Con ello, comenzó a crear una estrategia anti PRI reforzada y bien aceitada. Con eso se entiende que sus pasadas alianzas con el PRD, el PAN y el PT iban en el sentido de ser un partido antiPRI.
Dante Delgado, está acostumbrado a la institucionalización aunque reniegue del PRI. Salomón Chertorivski se salió del guión y oficializó sus aspiraciones sin el apoyo del dirigente. Ese es un error de estrategia para Delgado Rannauro, ya que se encuentra fuera de sus decisiones.
La Ciudad de México, tampoco es prioridad para el emecista mayor, Dante Delgado. No es un bastión del partido naranja, porque no deja crecer liderazgos y las aspiraciones tempranas las aplasta. Chertorivski corre el riesgo de hacer una campaña sin una dirigencia que lo acompañe y lo que gane a final de cuentas será en beneficio de la causa de Dante.
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
