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#Dobleces Tremenda sucesión

 

Más allá de escándalos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) requiere, en el proceso de relevo, de un ministro que presente el mejor proyecto que garantice independencia judicial respecto de las decisiones políticas y desligarse de cercanías con cualquier movimiento político. Y es que, justo hoy que se elige al relevo del ministro […]


Más allá de escándalos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) requiere, en el proceso de relevo, de un ministro que presente el mejor proyecto que garantice independencia judicial respecto de las decisiones políticas y desligarse de cercanías con cualquier movimiento político.

Y es que, justo hoy que se elige al relevo del ministro Arturo Zaldívar, se tiene en la mira conseguir un perfil que, pueda llevar a buen término los temas pendientes como Guardia Nacional y Plan B electoral.

En el relevo dentro de la Corte hay mucho en juego, no es solo, la sucesión de la presidencia de la SCJN, es el cierre del sexenio de Andrés Manuel López Obrador y llevar los temas más controversiales por la línea de trabajo más consistente y de contrapeso convenientes al interés público. 

Hay varios temas que le tocará resolver a la Corte como la reforma que adscribe a la Guardia Nacional, a la Secretaría de la Defensa Nacional, que por ahí el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, solicitó que el máximo tribunal del país se pronuncie al respecto.

Otro asunto es el de la reforma electoral. En lo que se conoce como el plan B del presidente, que son las reformas secundarias que buscaría realizar en materia electoral. A final de cuentas no son cambios menores, porque es modificar por completo estructuras administrativas y del sistema electoral. En esta transformación o reforma administrativa-operativa se excluyeron beneficios para los ciudadanos. La aprobación fast track en la Cámara de Diputados es la muestra de que muchos legisladores votaron sin saber a ciencia cierta qué votaron.

Otra de las pifias es que la cuatroté se lanzó contra el INE, la oposición y como víctima colateral a la ciudadanía, ya que fue a la que no se le consultó ni se le incluye en ninguna de las formas de hacer política. Los cambios dejan un escenario preocupante para el futuro y viabilidad del sistema electoral, porque aunque se desaparecen o modifican estructuras, no ocurre lo mismo con las responsabilidades que se deberán cumplir. En este entramado el papel de la Corte será relevante, por ello es que se requiere de consolidar el contrapeso jurídico y de poderes.

Lo que viene en la agenda es que a través de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde donde se propone a los integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuando tienen que ser renovados, entonces hay más temas en la línea.

Por el momento, de 2018 a la fecha, Andrés Manuel López Obrador ha nombrado a cuatro ministros de la Corte; si se suma al ministro presidente Arturo Zaldívar, el cual a pesar de que fue nombrado en el sexenio de Felipe Calderón, se volvió un aliado sistémico la cuatroté. Lo que se espera es un escenario muy presionado, pues otro ingrediente que se debe tomar en cuenta es la salida del ministro Luis María Aguilar Morales en 2024 así como la decisión que tome Zaldívar respecto a su estancia en la SCJN. 

En este punto, es entender cómo quedará la correlación de fuerzas con los ministros que están próximos a salir y la decisión que tome Arturo Zaldívar sobre si decidirá seguir hasta el 2024 o no, lo que le daría margen a López Obrador de nombrar a otro ministro, con lo que ya serían cinco ministros nombrados por él.