En el interior del Servicio de Administración Tributaria hay un caos y riesgo de corromper el área de Control y Seguridad Institucional. A la jefa de esta dependencia, Raquel Buenrostro o no lo reportan o ella forma parte de una estructura porosa sin controles, ni capacidad de investigación de los colaboradores ubicados en puesto clave.
Al SAT se acaba de incorporar Óscar Moreno Villatoro, como Administrador Central de Control y Seguridad Institucional (ACCI). Este funcionario público ha hecho una carrera muy cuestionada —en los llamados gobiernos neoliberales— dentro de varias instituciones y con personajes considerados por la cuatroté como siniestros.
De acuerdo con su expediente, existe una carpeta de investigación número 45/21, donde se le acusa a Moreno Villatoro y a 19 funcionarios más de los dos sexenios pasados, por otorgar contratos de adjudicación directa en la construcción de ocho penales federales.
Esta línea de colaboración lo llevaron a trabajar de manera directa con Ramón Eduardo Pequeño, exjefe de la División de Inteligencia de la desaparecida Policía Federal, uno de los mandos más cercanos al ex secretario de Seguridad pública, Genaro García Luna, actualmente preso en Estados Unidos por presuntos delitos de narcotráfico.
Si este pasado allegado a personajes con un pasado perturbador en la seguridad no le da indicios a Raquel Buenrostro de que uno de sus colaboradores debe ser investigado a fondo es que ella se convertirá en parte de la putrefacción que viene dentro de la dependencia.
En el mismo expediente del ahora colaborador de Buenrostro, señala que la audiencia de imputación se solicitó a través del oficio 025/2021 y la carpeta de investigación que ha dado origen a la causa penal se desahoga en el Reclusorio Sur de la Ciudad de México, la probable participación de Villatoro se dio cuando fungía como director General de Administración de Prisiones Federales.
Ahora, este servidor público es rescatado por la 4-T para prestar sus servicios en el SAT, teniendo una investigación abierta, la cual no es la única, ya que en 2009 siendo director General de Puertos y Fronteras, a través de una investigación interna por parte de la extinta Policía Federal Preventiva, se le relacionó con el crimen organizado, lo cual en su momento le costó el puesto.
En esta maraña resulta irónico, que mientras, Villatoro es investigado por la Fiscalía General de la República, encuentre espacio en un área importante como es la Administración Central del SAT, lo cual a todas luces no es un buen presagio para la dependencia confiada a Raquel Buenrostro.
La advertencia de que en sus filas de colaboradores se encuentra un personaje ligado a García Luna es ir en contra de lo que se dicta en la mañanera desde Palacio Nacional. Si está dispuesta a retar la esencia de la cuatroté será poner en juego su cercanía con el Presidente. Ya se verá.