Sin lugar a dudas el lugar en que el cinismo se ha vuelto una costumbre es en eso que llamamos política. Y no se trata de afectar prestigios construidos a base de fortunas sustraídas del erario, pero me parece que muchos han llegado a pensar que los mexicanos somos idiotas y que no nos enteramos de lo que hacen, o que cerramos los ojos porque aprendimos a solapar sus deleznables y oprobiosas conductas que lo único que han generado es un desastre de país.
El llamado cuerno de la abundancia que servía como referencia a la riqueza natural de nuestro país nunca se convirtió en realidad por la pequeñez de nuestra clase política. Cuando llegó la alternancia y los resultados fueron magros y escasos, los propios mexicanos señalábamos que preferíamos a los corruptos de siempre porque al menos sabían gobernar. Los liderazgos se empequeñecieron y se convirtieron en miembros de la criminalidad política.
Lamentablemente parece que el rumbo ha sido extraviado por todos, y lo peor es que ahora son tantos los partidos políticos, que tarde nos damos cuenta que muchos charlatanes construyeron una industria para apropiarse del dinero público. Hoy las cosas van de mal en peor, porque seguimos con brutales índices de corrupción en los tres niveles de gobierno, y nuestra clase política, de todos los partidos políticos, ha mostrado y demostrado que sigue siendo igual que aquellos a los que siempre epitetaban como tales.
Pero lo peor es que si de algo servimos los mexicanos como referencia en todo el mundo, es de la vocación que tienen nuestros gobernantes por la corrupción y el cinismo con el que lo niegan ante tirios y troyanos. Un claro ejemplo es el de Victor Hugo Romo, recién nombrado coordinador de Organización de Morena en la Delegación Miguel Hidalgo. Con este nombramiento el señor Andrés Manuel López Obrador demuestra una vez más que engaña a los mexicanos aceptando corruptos que dejan de serlo por el simple hecho de sumarse a su proyecto.
La estupidez más grande que he escuchado en las últimas semanas es la afirmación del señor Romo en el sentido de que los ataques que se han desatado en su contra obedecen a que encabeza todas las encuestas para ser el primer alcalde de la demarcación. Es cierto que los mexicanos tenemos la memoria muy corta, y que al señor Romo se le adjudican 17 millones de pesos desviados del parque El Mexicanito frente al Auditorio Nacional, y el propio Romo lo ha dejado creer para desviar la atención de los programas sociales de los que hurtaba más de diez millones de pesos mensuales.
El recién nombrado coordinador de Organización de Morena en la delegación Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo Guerra, aseguró que los ataques que se han desatado en su contra obedecen a quien encabeza todas las encuestas para ser el primer alcalde de esa demarcación. En los tiempos que vivimos cualquiera puede solicitar una encuesta a modo, por lo que me resulta patética la afirmación. Si Romo regresa a Miguel Hidalgo, sería el primer indicio de la locura colectiva de un pueblo como el nuestro. Al tiempo.