Acostumbrados a salirse con la suya y obtener, incluso, más de lo que se pide, líderes transportistas, la mayoría, usan todo lo que esté a su alcance para chantajear, apantallar y, quizás lo más grave, presionar. El fin justifica los medios y si para eso se tiene que recurrir al mismísimo diablo, pues hay que hacerlo…Debo de reconocer no todo es malo en el sector.
Han aprendido muy bien la lectura de tiempos: saben mentir con gran sonrisa, son mediáticos y además de amenazar cumplen. Insisto, no son todos, pero la mayoría se mueve en el esquema del chantaje, de la presión, de la amenaza.
En público aseguran, lo más importante es el usuario porque ellos son la razón de ser del negocio, pero en privado se niegan a modernizar el equipamiento; no hay dinero y gobierno tampoco ayuda, es su queja…La soberbia de transportistas se va hasta el cielo cuando llegan tiempos electorales. De sus frases más recurrentes: “no queremos cualquier interlocutor, (aun cuando se trate del Secretario del área), únicamente hablaremos con el gobernador”. “Si no nos resuelven en “x” días, vamos a cerrar las principales avenidas”. “Si no nos dan las láminas solicitadas (concesiones, de 100 para arriba) entonces nos vamos con tal o cual partido político y los apoyamos con 476 mil votos de agremiados para que ganen.
Nosotros seguiremos aquí y tendrán que solucionarnos porque si no también les cerramos calles”. “Queremos que el gobierno nos subsidie “x” cosa porque somos un gremio muy golpeado por la crisis y si el gobierno no aporta el 50% del costo de la unidad, pues no habrá manera de modernizarnos, y si no es mucha molestia, de una vez que nos financien tenencia, anticontaminante y refrendo”.
¿No le pierden?…”Necesitamos que el gobierno nos apoye, para que nosotros los apoyemos en las elecciones y votemos por sus candidatos, siempre hemos sido fiel al partido”. Hace unos meses imploraban al Secretario apoyo con subsidios y lo tenían en un altar; hoy un acuerdo de la Gaceta les hace rabiar y amenazar con cerrar avenidas…Cierro pico. Shalom.