Covid-19 en la cárcel
Este tema en las cárceles de México no puede ser tratado como se hace en las grandes o pequeñas ciudades. Merece una atención especial, porque está en una situación especial, es complejo y aunque se trata con y de seres humanos, las condiciones son difíciles. Me trato de explicar: para nadie es un secreto que existe sobrepoblación en los penales, no importa el porcentaje, lo hay y con eso es suficiente. Luego entonces aislar a uno, dos o tres sujetos que tengan síntomas característicos del Covid-19 implica mover esquemas, incluso de seguridad…En el Estado de México los buenos oficios de la administración que dirige Alfredo Del Mazo Maza han evitado la propagación del coronavirus en las cárceles, no con una varita mágica o por decreto (acuerdo pues), sino asumiendo la responsabilidad y haciendo lo que se debe para privilegiar la vida humana y no la política…Sólo por recordar, me refiero a lo dicho por Manuel Palma-Rangel, subsecretario de Control Penitenciario de la Secretaría de Seguridad mexiquense; se identificó a grupos vulnerables, -servidores públicos y privados de la libertad-, los primeros deben ser enviados a su casa y los segundos aislados del resto de la población. Otra acción sondeada fue cancelar la visita familiar, decisión difícil pero necesaria, pues implica abrir el círculo de posible infección al infinito. Así que se buscaron alternativas de atención emocional, por el alejamiento físico de internos con respecto a su entorno familiar…Ahora para no extenderme recurro a acciones implementadas al inicio de la pandemia, se trabaja con privados de libertad y familiares para concientizarlos sobre la problemática. Se aprobó ampliar el horario para entrega de apoyo de familiares a internos y se pueden realizar llamadas telefónicas gratuitas el fin de semana…Este esfuerzo alcanzó también para personas de nuevo ingreso o reingreso, quienes deben cumplir un periodo de aislamiento de 14 días, pues a su llegada se desconoce la actividad que realizaron y si en ese entorno había positivos. No obstante las medidas de prevención y contención, 10 custodios han perdido la vida por el Covid-19, una abogada y un médico, todos trabajadores de los centros de reclusión…Pero no sólo ha sido la contención, pues durante la contigencia se estableció un programa de beneficios preliberacionales que ya alcanzó a 300 personas…El camino no ha sido fácil, con medidas poco populares, pero si volteamos a ver lo que sucede en cárceles del país, veremos que proteger la vida de la sociedad alcanza a personas privadas de la libertad, familiares y amigos, quienes también son la sociedad. Pues, lástima que las cosas no se toman tan en serio como aquí…Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.mx