Soy mexiquense, orgulloso integrante del 54 por ciento que decidió ir a las urnas el pasado 4 de junio y votar, (por la opción que le pareció mejor), de ese porcentaje que dejó el “valegorrismo” para reflexionar y así manifestarlo con el voto. Por ese simple hecho, acepto, soy del grupo de excepcionales…Soy ciudadano excepcional porque llego primero a mi trabajo o de los primerísimos. Soy excepcional porque diario doy el “plus” en mi trabajo. También soy excepcional porque entiendo lo que debo hacer cuando gano o pierdo. Así tengo una larga lista para asegurar que doy la talla para ser excepcional…Y sinceramente en lo mínimo me interesa me lea quien se atrevió a decir que sólo aquellos y aquellas que votaron por Morena son excepcionales y cuentan con toda su admiración y respeto, aunque debo aclarar, yo sí lo respeto y admiro por el simple hecho de pensar diferente a mí y haré uso de mi derecho a la catarsis…
No voté por Morena (tampoco diré por quién lo hice), pero eso no me convierte en un ser extraterrestre, corrupto, necio, enano y rencoroso digno de ser enviado a la hoguera… Más aún, por ser excepcional aseguro que esa condición, al momento de analizar, discernir y decidir sobre su oferta política me dejó más interrogantes.
Vaya, más claro, no me convencieron, porque la excepcional memoria me trajo al presente cómo ha sido PRI Higinio Martínez, por citar algo…Soy excepcional, porque formo parte de los ganadores, esos más de 5 millones de mujeres y hombres que decidimos dejar las comodidades del sillón favorito para ir a votar… De esos hombres y mujeres que formamos un todo sin colores y nos expresamos, según el propio criterio… Soy excepcional por que, pese a los roces familiares, pienso que, “no le aunque” lo disímbolo de pensamiento podemos hacer algo juntos… Lo siento, si alguien no alcanzó a ser excepcional fueron ustedes, y no los millones que al momento de decidir nuestro voto se lo dimos a otra opción… Sí, soy excepcional, pero no intolerante. Cierro pico.
El pico del pollo
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