Pequeño hombrecito
Había una vez un pequeño hombrecito que se creía multitask. Lo mismo era policía para checar a médicos, enfermeras y administrativos en su hora de entrada; que se creía nutriólogo y cancelaba comedores institucionales; que se creía el galán de la novela chafa cuarta región y andaba tirando la onda a cualquier mujer; que se creía el “Pacha” de Toluca y comía en restaurantes de Paseo Tollocan; que o se daba el lujo de pedir viandas por el servicio de aplicación para que no se fuera a colar algún trabajador sin firmar; que lo mismo fue señalado por acoso, por prepotente y tener un gusto muy guarro para vestir (con toda la lana que se bailaba se esperaba algo mejor)…Ese pequeño hombrecito puso al Centro Médico del ISSEMyM patas ”pa´rriba”, pero eso sí, unió a todos; en su contra, pero los unió. Muchos ya adivinaron de quién se trata. De Víctor Bautista Cruz. Bueno, pues sigue haciendo de las suyas en el ISEM sólo que ya evolucionó, vaya no es tan burdo ¿tan? El coordinador de administradores del Instituto de Salud, tiene un “cacharpo” que le hace el trabajo sucio. Una vez seleccionado el proveedor al cual no le pagarán, le “recomiendan” demandar al ISEM y lo “direccionan” con alguno de los despachos afines, -incluso se presume son socios sin firmas ni aparecer-. Ya de acuerdo, cobran un pequeño porcentaje y “vualá”, negocio completo para todos, bueno, menos para el gobierno. Claro que si eres de los suyos y les agradeces lo suficiente, tus pagos saldrán en menos de lo que canta un gallo. Qué tal el pequeño Víctor Bautista Cruz, a estas alturas debe estar buscando quién se la pague o interrogando para saber de dónde salió la información. La verdad es que no hace falta verse a las tres de la mañana en un callejón oscuro y con abrigo para conocer de sus tropelías. Mañana le seguimos con más de este tema.
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen, lo que antes se conocía como apertura de fronteras y que daba paso a la entrada de miles de autos “chocolate” provenientes de Estados Unidos a México, hoy se entiende perfectamente como la chatarrización del país…Son vehículos que en el mejor de los casos tienen dos o tres años de vida útil, pero una vez se inicia con el proceso de mantenimiento normal u obligatorio, pues sus dueños terminan por, incluso, abandonarlos ante lo caro de las refacciones, la importación de las mismas, lo difícil de conseguirlas o el poco conocimiento que se tiene en México de ese tipo de sistemas…Obvio llevarlo a una agencia es endrogarse con el compadre por otros cuatro años. Así las cosas, por eso en el sector automotriz tanta reticencia, justificada a que se “abran” las fronteras. Ya veremos en qué termina este asunto. Cierro pico. Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.