No sé tú alado, pero yo siento un ambiente medio raro, pero nostálgico, pero frío, pero con harto calor, pero como que ya no se percibe aquella seguridad que rayaba en la arrogancia. Pues sí como todo en la vida se cumplen ciclos, lo que empieza termina y esto llegó a su fin. Lo entiendo, sin embargo, no deja de llamar la atención el ceño fruncido de quienes, no hace mucho, te miraban por arriba del hombro y te hacían el favor de verte, ya no digas de atenderte o saludarte. Es muy cierto, pensaron sería eterna la presencia y mira, en un suspiro esto ya dio una voltereta, como diría aquel “Los heridos que tu matasteis, ahora han sanado”, bueno algo así, pero el chiste es que se te acabó el veinte. ¿Y ahora qué hay que hacer? Pues nada, ¡apoyar con todo al que viene!. ¿Qué acaso me dirás que con la salida de Paco Palencia, ya no le irás más a Pumas? No pues eso si polluelo, pero es que pensé estabas hablando de otro tema. ¡Hum!
LA RABADILLA DEL POLLO
Pollos en el tejado me dicen que las misteriosas luces que se han visto en el volcán, también han aparecido en otros lugares de la entidad y lo hacen intermitentemente, creando más incertidumbre entre la población… Eso sí, cuentan los emplumados, no afectan a nadie, ni se meten con la gente sólo aparecen y desaparecen casi con la misma velocidad, en algunos momentos son imperceptibles… Al principio de las apariciones como que sí causaban miedo, pero ahora con la costumbre pues nada más se les ve pasar y ya, han confesado habitantes de zonas serranas… Otros plumíferos insisten en la mínima seguridad que existe en el transporte público hacia el norte de la entidad. Los asaltos siguen a la orden del día y los delincuentes hasta se han dado el lujo de pasar como víctimas, obviamente previa advertencia de que el “soplón” se muere a la primera oportunidad… En dos ocasiones, pollito chicken, me he bajado antes de lugar donde se suben los “maloras” y ¡claro! No me han atracado. Qué raro ¿no? y dicen los choferes que no están en contubernio con ellos… Cierro pico. Shalom.