Informes municipales
Para estas alturas, inicio de diciembre, ya andaríamos todos vueltos locos con los informes municipales. Que si a las nueve, que si a las once, mejor por la tarde, que si invitamos a representantes del sector privado, el del Gobierno Federal y el del estatal, digo si el “gober” no puede. Hagamos lluvia de ideas para afinar el mensaje político, porque las cifras, logros, avances y todo eso, que el secretario del ayuntamiento se encargue junto con los directores. En la misiva a la población no se les olvide mencionar que la pandemia nos bajó de cien a 10 en menos de 5 segundos. Ya estábamos bien encarreraditos, pero llegó el Covid y nos amargó el viaje. Bueno, “pero sin importar eso, logramos avances importantes y demostramos que cuando la sociedad y el gobierno se unen, nada nos detiene”. Si eso está padre para terminar. Podría decir uno o una de las asesoras más cercanas a quien dirige los destinos del municipio. A ver traigan la lista de los invitados. Hay por lo menos tres, le dirían al que manda, una de 200 invitados, otra de 300 y la más de 500. Ya está el lugar o el auditorio, según la lista y nosotros estamos más que preparados para cumplir con la orden. Claro y no podría faltar el “amargueitor” del círculo rojo. Perdón, pero no sería conveniente hacerlo el uno de diciembre, porque es el informe del presidente y el número de invitados está excedido en mucho, tomando en cuenta la insistencia para guardar la sana distancia y no hacer eventos multitudinarios. Máximo, debemos ser como 50 si el espacio es muy grande. Así no rebasamos tampoco el número mágico del informe federal. No bueno, podría expresar el decano de los asesores, ahora sólo falta que digas, “hagamos un informe de redes sociales, en donde la mayoría de las cosas sean virtuales y dejemos de lado las comidas, el besamanos, los apapachos y lo tradicional”. Ándele, así mero queda aprobado. Hasta esta bonita tradición nos ha quitado el Covid, muchos seguramente lo van a agradecer, otros no tanto. Pero a unos cuantos meses de la competencia electoral, sin duda alguna, los ellos y las ellas cuya intención es reelegirse, pues a estas alturas deben estar en la disyuntiva, se arriesgan con todo y coronavirus o ¿qué?
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen que lograr el acercamiento con la persona adecuada para obtener una candidatura, dependiendo del color, llega a costar hasta 50 mil pesos. Sólo la presentación o hacer la cita, la recomendación cuesta el doble o triple, dependiendo el puesto…Uno de ellos además de confirmar el procedimiento, me asegura no es nada ilegal, pues se trata de poner las relaciones públicas al servicio de alguien más, pero como todo “servicio” cuesta. Por hoy, cierro pico. Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.