Cuando se trata de los hijos no hay precaución que sobre. Hacer caso a ese “me late que…”, tampoco debes dejarlo pasar, pues como quiera un día de clases se recupera pero la salud, la vida y la tranquilidad, jamás. No juegues con el destino. Con este tipo de palabras se acompañaron acciones de revisión a lupa de documentos que autorizaban el reinicio de clases. No fueron pocas la escuelas donde, a plena entrada, padres y madres de familia decidieron de última hora no dejar a los hijos en el centro escolar… De verdad que se formó un rarísimo coctel de opiniones, suposiciones, alertas y predicciones. Sin embargo, todas ellas confluían en lo mismo, la seguridad de los niños, eso será siempre lo más importante.
Tan entrado estaba en el chisme de lo que sucedía en esa escuela donde el tiempo me llevó, que sin darme cuenta pensé en voz alta “¿y si preguntamos a los niños su opinión? Ellos mejor que nosotros conocen cada rincón de su escuela, saben si hay peligro verdadero y lo más importante, les enseñamos a tomar decisiones razonadas, además de aprender a identificar bien los límites de riesgos… Fui objeto de esas miradas que atraviesan todo el ser, esas que matan, dicen los románticos. Media docena de padres y una de mamaces me fulminaron con sus ojos dormilones al ver que de ninguna de mis manos estaba tomada a un peque. Discriminación pura pues, pero antes con ganas de romperme todo mi amarillo pico… Por si fuera poco, me atreví a agregar; es verdad siempre tomamos decisiones por ellos y no los consultamos. Todo es estrés postraumático de no sé cuántas cosas lo volcaron contra mi emplumado ser. No le aunque, sigo pensando que deberíamos preguntarles.
LA RABADILLA DEL POLLO
Pollos en el tejado me dicen que muy pronto darán a conocer resultados de estudiantes de la escuela de mujeres priistas y la sorpresa no será para alumnas, sino para quien utilizó y jugó con sus aspiraciones… Gran bronca por acaparamiento de espacios para incondicionales… Mañana abordamos el tema… Cierro pico. Shalom.