A este emplumado le insisten que la última semana de noviembre y primera quincena de diciembre se darán cambios en el equipo del presidente Enrique Peña Nieto… Sería, aducen, muy temprano para pensar que estos relevos tengan impacto en la administración estatal, menos pensar en que de aquí salga alguien para ir allá, pues prácticamente sólo se va a hacer la entrega, nada es imposible pues, pero la lógica marca otra cosa… Eso sí, cuentan a quien esto escribe, para enero tendremos novedades en el equipo de Alfredo del Mazo, por cuestiones naturales de tiempo y relevo… Los espacios a desocupar ya están definidos, ahora es cuestión de esperar para las definiciones y acomodos… ¿Sorpresas? pues no serán muchas aunque a varios, eso sí, les van a amarrar las manos.
La rabadilla del Pollo Pollos en el tejado me dicen me fije en la propuesta de un diputado (es a propósito la minúscula) de Nueva Alianza, Ángel García Yáñez, de renovar cada seis años la cédula profesional, quien no acuda a certificarse, le pide a la SEP, no los deje ejercer su carrera… Con esta acción, dice la iniciativa de García, se tendrían profesionales capacitados y especializados, bla, bla, bla… Está muy bien, me dicen esos alados en el hilo, que nos ponga la muestra e igual y le seguimos. Juras, me dicen otros emplumados. ¿Por? Simple, los políticos no requieren de cédula. Sí, pero. Nada de peros, su profesión es político no abogado, no doctor, no licenciado, no contador, nada de eso, cuando mucho saltimbanqui (lleva por lo menos tres partidos políticos)… García Yáñez, que quiere regular a los profesionistas tiene como último grado de estudios preparatoria.
O sea, opinando así como el es de ligero, no tiene ni la menor idea del trabajo que cuesta obtener un título, ya no digas tesis, examen recepcional, maestría, doctorado…
Ya vi su historial, ¿neta aún existe gente que vote por él? Aunque pensándolo bien no estaría mal que la sociedad exigiera a políticos cada tres años se certificaran…Cierro pico.
Shalom.