El transporte público mexiquense es un tiburón que nada salpicando para todos lados. Deja ganancias inimaginables y abre “negocios” para agrupaciones sindicales, sociales y partidistas, más en tiempos electorales…
Es tanto el dinero generado que mucho tiempo el oficio de gestor dejó más dinero que ser transportista, así de abundante es, así de generoso se volvió para la cadena de corrupción en el servicio público de pasaje… Aunque hay un padrón oficial de taxis, combis, camiones por citar lo más común, las cifras que no aparecen en los documentos, cuentan especialistas a este espacio, podría doblar la cantidad…
Por ejemplo, cuando una organización es beneficiada con “X” juegos de placas, al salir del trámite ya se duplicó el número. Me explicó mejor: si ese grupo solicitó 500 juegos de láminas al salir se pegarán mil oficios en donde la autoridad da a conocer que “fulanito o menganita” ya hicieron el trámite, este documento es suficiente para trabajar…
El entre para circular no será más allá de 50 pesos, barato para todo lo que se gana… Con las láminas el tema se torna más fácil. La delantera en un auto y la trasera en otra, ¿cómo pasar la aduana de transporte?, ¡fácil!, en la instancia correspondiente se inicia una acta por la pérdida de la placa y como la reposición tarda cualquier cantidad de tiempo, pues mientras a trabajar dos autos con un mismo número… Y así podemos seguir gastando tinta con “quiebres” para trabajar el carro… El tema de operadores es menos complicado, agrupaciones con rutas especificas lo único que piden es recomendación de algún chofer ya enrolado, ser bueno para el trompo, no dejar que te invadan la ruta, pagar puntual o que alguien te apadrine para la cuenta y que, eso sí, seas una “shulada” para darte a la fuga, aún con tráfico intenso… Lo de la licencia de conducir, tarjetón y lo oficial, lo resuelve una “manita grande” (500 pesos)… Y aún nos preguntamos por qué la delincuencia en el transporte es tal…
¿Cuántos culpables más faltan por el caso de Valeria?. Cierro pico.