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Opinion

El sembrador de odio

Es ineludible. Quien siembra odios, cosecha lo mismo. Y eso es lo que le está ocurriendo al señor Andrés Manuel López Obrador, quien ha venido polarizando a los electores con sus encendidos discursos epitetando como la mafia del poder a quienes identifica como sus principales opositores. En esa categoría incluye a quienes no se sumaron a su proyecto de conformar una fuerza política unificada, y combatir tanto a tricolores como albiazules.
A los videos que muestran los deslices de la diputada veracruzana Eva Cadena, hay que sumarles otro donde la ahora procesada y muy pronto desaforada, asegura que la diputada Rocío Nahle es quien se encarga de operar de forma directa las fuentes de financiamiento del Movimiento de Regeneración Nacional, y la persona más cercana y de mayor confianza al señor López Obrador para el manejo de recursos económicos.
Claro está que una acusación de este tipo descompone a cualquiera, y los diputados todos tuvieron la oportunidad de observarla destilando odio al negar su participación en la trama montada para conseguir fondos ilegales para el señor López Obrador. También acusó a la hermana del fiscal veracruzano de estar en los videos donde la diputada Cadena recibe las “donaciones”. Por su parte, Ana María Winckler dice que no ha ido a Coatzacoalcos en los últimos 10 años, y que procederá por la vía legal contra Nahle.
La trama que ha venido montando el tabasqueño comienza a desmoronarse, y de pretender posicionarse como la víctima está pasando a ser victimario en la conciencia de amplios sectores de la sociedad que en todo el país observan la forma en que operan sus redes para recabar dinero. Si observamos detenidamente el pasado reciente, muchos de los que iniciaron y se encumbraron con el de Macuspana decidieron alejarse por dos simples razones: autoritarismo y excluyentismo.
En este país no se hace política sin dinero, y aunque el señor López Obrador es un hombre que sabe generar nota con sus acusaciones y diatribas, aunque en la mayor parte de las veces mienta, ha gastado mucho dinero en la campaña del Estado de México y sus finanzas comienzan a tener una considerable merma que circunscribirá su activismo solamente a las redes sociales, desde donde ahora intentará, según señala, evitar el fraude electoral que se prepara desde Los Pinos.
Me parece que desde el momento en que comenzó a hablar de un fraude desde el Gobierno Federal, lo que en realidad está preparando es otra movilización de las que siempre ha echado mano cuando de posicionarse en la figura del “desvalido” se trata. Sabe muy bien interpretar su papel, y lo hace a la perfección, el problema es que ante tanta corrupción que existe de su lado, ha perdido gran parte de su credibilidad. No tardará en presentarse la desesperación. Al tiempo.

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