Carlos Ramírez
Más que la victoria electoral de la candidata de Morena al gobierno del Estado de México, Andrés Manuel López Obrador usó el proceso electoral local para medir tres cosas: el estado de desánimo nacional, el sentimiento anti PRI y su condición de caudillo deseado.
Si a pesar de una larga lista de alianzas, corruptelas y relaciones peligrosas de Morena el saldo mexiquense es favorable a su candidata Delfina Gómez –gane o quede en segundo lugar–, López Obrador habrá llegado a la conclusión de que los principales sentimientos electorales en el 2018 no serán sus propios defectos y corruptelas, sino el repudio al sistema priista y a Peña Nieto.
Y se le perdonarán las bolsas de dinero de Eva Cadena para López Obrador, la alianza con la maestra Elba Esther Gordillo, la promesa de entregarle la educación pública a la CNTE, a la 22 y a la propia Gordillo, el apoyo de políticos corruptos como Isidro Pastor, la adhesión de un PT que lo había criticado severamente, la alianza de Morena con el venezolano Nicolás Maduro y ningún compromiso de reforma del sistema político priista fueron el trasfondo del discurso demagógico de López Obrador y su candidata Juanita.
El primer dato revelador fue el del video del 24 de abril –hace seis semanas– donde apareció la diputada morenista Eva Cadena recibiendo dinero para ser entregado directamente a López Obrador.
Luego del debate que tambaleó la honestidad valiente de López Obrador como discurso-eje de su campaña, la crítica en medios políticos no repercutió en tendencias electorales mexiquenses, porque la candidata Gómez mantuvo su segundo sitio en las encuestas, siempre al lado de López Obrador. Ahí se percató López Obrador que el repudio al PRI, a Peña Nieto y al sistema político era mayor que la deshonestidad de morenistas y del propio caudillo como beneficiario de la recaudación de dinero al estilo de la mafia siciliana. Lo que falta por saber es si la base electoral antisistema le alcanzará a López Obrador en las elecciones presidenciales de 2018, aunque a su favor tiene el hecho de que puede ganar con menos sufragios por la fragmentación del voto en cuando menos seis formaciones electorales: PRI, PAN, PRD, Morena, independientes e indígena.
Gane o pierda Morena en el Estado de México, el debate en medios por los videos de Eva Cadena y sus denuncias de que Morena recibe dinero por vías ilegales será parte fundamental del año que falta para las elecciones presidenciales en junio del 2018 y será clave en la crítica a la candidatura de López Obrador. En este sentido, la operación política detrás de los videos de Eva Cadena no fue una crisis en las relaciones de la diputada con dos dirigentes legislativos de Morena, sino una maniobra de alto calado de sectores estratégicos del PRI.
EL Estado de México será laboratorio para conocer las motivaciones de los electores: una victoria priista significaría la gran derrota adelantada del 2018 lopezobradorista y una victoria de Morena apenas le daría un respiro a López Obrador, porque Delfina Gómez tendrá seis meses porque sus tropiezos previsibles –entrega del poder entre los poderes fácticos lopezobradoristas– se los endosarán a López Obrador.
Más que el Macron mexicano, López Obrador se perfila como el Maduro azteca, por la correspondencia populista de ambos políticos. El populismo estilo Maduro del tabasqueño será su talón débil de Aquiles en el 2018.
Política para dummies: La política es la especial habilidad para construir mundos ficticios y que los ciudadanos los acepten como reales.