Casi medio año aguantó Ana Lilia Hurtado Salvador presiones, groserías, maltrato y hasta las frustraciones de quien -aún sin certificación- ostentaba el cargo de titular del Instituto Municipal de la Mujer de Toluca, Laura Mitzi Barrientos Cano…Como coordinadora de Bienestar Integral de la Mujer, Hurtado Salvador, mostró su capacidad y obviamente, sabía mucho más que quien dirigía los destinos del área. A pesar de ello, le apoyó para lograr la certificación y así se mantuviera en el encargo, -dos veces antes, ya había reprobado los exámenes- y estaba en la tablita…Así platicamos en la última entrega, parte de los hechos: “…trabajó en un ambiente de presión y de agresión provocado por quien conducía los destinos del área donde prestaba sus servicios, el Instituto Municipal de la Mujer de Toluca, dirigido por Laura Mitzi Barrientos Cano -quien por cierto, carecía de certificación para ser la titular del área-, pero por alguna razón, al momento no entendible, avalada por el presidente municipal de la capital mexiquense”…Ante la pasividad del presidente municipal y del Órgano Interno de Control del Instituto Municipal de la Mujer, Ana Lilia presentó un documento -queja- en la oficina del alcalde y recibida por la secretaría particular, donde dio a conocer las irregularidades. ¿El resultado? La despidieron con presiones de abogados externos al Ayuntamiento -se supone uno contratado por la comuna, para hacer este tipo de trabajo-. Aquí parte de lo dicho en el documento: “La titular, la licenciada Laura Mitzi Barrientos Cano, es una persona grosera, violenta, autoritaria y con nulos conocimientos sobre el tema, motivo por el cual sus decisiones son de carácter personal y no de ámbito laboral…”. Ana Lilia como lo dijimos en el texto anterior, presentó la denuncia correspondiente por el hecho delictivo de violencia laboral en el Centro de Justicia para Mujeres de Toluca, dependiente de la Fiscalía de Justicia mexiquense y se encuentra a la espera de los avances correspondientes en la Carpeta de Investigación…Ante lo que se venía, la problemática que había generado en ese entonces la titular del área, alguien tuvo la brillante idea de dar solución al caso -ya se había despedido a Ana Lilia- cambiando de área a Laura Mitzi Barrientos Cano, como si con ello se borrara todo lo sucedido, como si así se desaparecieran todos los agravios en contra de alguien que tuvo en su conocimiento el mayor agravio a quien -se supone- debería dirigir los destinos del Instituto…Inconcebible, una mujer asignada a un área que está justamente para evitar sus derechos sean vulnerados, para brindarles protección, dirección y apoyo, sea de donde se genere violencia y se recurra a ella para amedrentar al personal y a la vez, hacer las cosas sin un método, sin objetivos e incluso, violentando algunas ordenamientos establecidos para una correcta atención. Inconcebible una mujer -servidora pública- llegue al grado de agredir de esa forma a una persona de su mismo género y vuelque sus frustraciones en ella. Por supuesto, no es entendible la violencia de ningún tipo y de ninguna forma, pero el que una mujer no sea sorora con otra por ser su subalterna, es menos comprensible, cuando se trata de un área dedicada, creada, surgida para darles atención. ¿Qué se necesita, para que una autoridad -no menor- acceda a cambiar de área a una persona con el fin de evadir la responsabilidad en otra y de este tamaño. En qué momento nos encontraremos con una situación similar? ¡Puf, vaya cachaza!…Aunque el INEGI diga lo contrario, por hoy, cierro pico. Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.mx.