En la entrega anterior les platiqué, me aventuré -después de muchos años- a viajar en el transporte público en la capital mexiquense. Y en un momento determinado me sentí como Marty McFly en Back to the future (Regreso al futuro), así mero, algunos también dirían que es un Déjà vu, en fin, como sea, el chiste está en los recuerdos llegados a la memoria de este alado y además el comparativo de esos años con los de hoy…Aquí recordamos unas líneas; “Hoy fingen tener un uniforme, -camisa y corbata- alguna vez, en algún momento entiendo, fueron esas prendas de vestir, hoy requiere de toda nuestra imaginación para entender algún día, fue una camisa blanca y la corbata, pues tiene de todo, dirían los clásicos, hasta el mole de los quince años de su hermana…Para la entrega del cambio, sigue el mismo método. Los billetes pueden ser de cualquier denominación, pero invariablemente no tendrá monedas y te dirá ahora que vayas a bajar me recuerdas para darte el cambio, pero se va a complicar, porque deberás bajar por la puerta de atrás”… Si logras salvar ese pequeño detalle, se te quedará viendo con la mirada 539 y te dirá ¿está segura(o) que no le di el cambio?, porque no recuerdo me dio un billete, mire no tengo de esa cantidad. La respuesta debe ser contundente, ¡claro, le dije dónde me bajaría y me pidió que dos cuadras antes de descender pidiera el cambio!.. Conseguir el cambio debe ser considerado como un logro, algo así como cobrarle al abogado la parte del dinero que no se usó para darle las “gracias” a la agente. Pues no, nada ha cambiado en ese sentido. Tampoco tienen cuidado con el pasaje, se arrancan como alma que lleva el diablo para ganarle al que ya viene atrás, se clavan los cambios, se paran en doble y tercera fila, van jugando carreritas en las principales calles, avientan lámina a mujeres y hombres, se paran hasta por dos semáforos para agarrar más pasaje, se paran en las boca calles sin importar afectar a otros automovilistas y más. Todo sigue igual, han cambiado, eso sí las tarifas. Ya sé que no creerás en algún momento el costo fue de 25 centavos. Los precios crecieron, pero el servicio se quedó en los sesenta.
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen, algunos “aspirinas” ya iniciaron con el proceso de hacer presencia en sus respectivas zonas de influencia, pues total, en estos momentos y en el corto plazo, no habrá quién tire línea para saber por dónde van las cosas…El caso del Tri es patético o ejemplificante, como se quiera ver. Mientras hay quienes se aferran con uñas y dientes a seguir ahí, otros y otras ni los ven, ni los escuchan y menos les hacen caso. A los nuevos cargos les podrán poner el nombre que quieran, pero hay una realidad, predican en el desierto…Aunque el INEGI diga lo contrario, por hoy, cierro pico. Shalom. Mi correo es: [email protected]