En la última entrega platicamos sobre la casi inexistente infraestructura para la movilidad en los 125 municipios del Estado de México. No sólo se trata de rampas -por cierto mal hechas y planeadas- para personas en silla de ruedas, tampoco de la inoperancia en el piso podotáctil -para personas con debilidad visual o ciegas- sino de la poca importancia que las propias autoridades dan a este tipo de situaciones…En algunas zonas de la capital mexiquense se puede observar, principalmente en el renovado zócalo y otros espacios del primer cuadro, se cuenta con el piso para débiles visuales y ciegos, pero con varios detalles que tiran por el suelo la buena voluntad de esto. El material con el cual se realizaron, -de entrada- no cumple con la normatividad, pues en los exteriores se vuelve resbaladizo, sobre todo, en época de lluvias y frío. Salió más barato que el nacional, es cierto, pues es de manufactura china, con la condicionante además de que no tiene garantía, como sí lo tiene el fabricado en México…Por cierto, esta ha sido una condicionante para Ayuntamientos que han pretendido -como les dicta la intuición y no la normatividad, hacerlo- obras “baratas” en apariencia, pero con una calidad mínima y deficiente para el uso correcto de instalaciones…Por supuesto no es sólo eso, todo ello va mucho más allá, tampoco se cuenta con mapas hápticos para consultar la ubicación de la dependencia a donde se va, menos aún, las herramientas necesarias para sortear los obstáculos que significa bajar y subir escaleras o bien ubicar la instancia a donde se va…Vaya es imposible, incluso, acceder a los sanitarios, porque evidentemente no se cuenta con la señalización correcta y oficial que así lo haga saber…Ahora bien, enfocándonos en el tema de las rampas para discapacitados, estas no cuentan con las condiciones para su uso. Las pendientes son complicadas, en las mismas se encuentran obstáculos -hasta adornos- y la movilidad de quienes la pueden usar es sumamente limitada por la estrechez y su construcción…Lamentable pues, en sólo dos casos mencionados la respuesta sea reprobatoria, pero quizás más lamentable sea la decisión de algunos alcaldes y alcaldesas de destinar recursos para eventos de festivales o festividades, en donde incluso a las personas con capacidades diferentes las invitan con tal de dar la sensación de ser incluyentes, pero en infraestructura les niegan la posibilidad de hacerlo por sí solas o solos… En el Estado de México somos casi 17 millones de habitantes, representa poco más del 13 por ciento de la población nacional. Del total poco más del 51 por ciento son mujeres y el mayor porcentaje de los habitantes se encuentra en los municipios de Ecatepec de Morelos, Nezahualcóyotl, Toluca, Naucalpan de Juárez y Chimalhuacán, lo que significa arriba del 30 por ciento de la población total. ¿Pero qué con estos cifras?, bueno, pues que justamente son las demarcaciones en donde mayor problemática existe para la movilidad y en donde la infraestructura es menor o más deficiente. Hay varias razones, pero quizás la más notoria es que se carece de reglamentos para justamente dictaminar sobre las normas aplicables o normatividad de este tipo de mobiliario…Aunque el INEGI diga lo contrario, por hoy, cierro pico. Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.mx