No hace mucho en este espacio nos referimos al tema relacionado con el homicidio de Milton Morales Figueroa, coordinador General de la Unidad de Estrategia Táctica y Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México en Coacalco, la perspectiva que se tenía y conforme a la información ya recabada, participaciones, posibilidades de ayuda interna -por lo menos conocimiento de la forma en cómo se opera en la policía para algunos casos y así- sobre determinados movimientos, puntos ciegos de seguimiento y operación de la justicia…Este espacio está en posibilidades de comentar las investigaciones sobre el homicidio de Morales Figueroa, pese a los pesares, van por buen camino. No obstante, una parte de quienes operaron y consumaron el hecho sabían en dónde se buscaría, cómo y por qué, hay una huella inevitable. Esta ya arroja datos importantes para lo venidero en el seguimiento de la investigación…Por ejemplo, quienes huyeron en los vehículos, tanto el abordado por el ejecutor, como el “muro”, siguieron una ruta alejada de las cámaras del C5, del ojo visor de seguridad gubernamental, en donde se puede dar seguimiento a las calles, avenidas por donde circularon. Para ser precisos pues, tomaron una ruta alejada de estos ojos. La pretensión por supuesto, siempre fue evadir a la policía y hacer trayectos -aunque largos- seguros para la “fuga”…Casi lo logran, casi, porque finalmente se logró establecer por dónde se habían dado a la fuga y dar con los dos vehículos a los cuales les colocaron láminas -placas- sobrepuestas y pertenecientes a otro vehículo…Por cierto, las indagatorias han arrojado, las matrículas fueron obtenidas legalmente, es decir, el trámite se llevó a cabo entregando la documentación, sólo que se colocaron en automóviles que no correspondían. Esto se hizo con el fin de distraer la atención en investigaciones y alargar los tiempos para deshacerse de las unidades utilizadas. Por ello, en su momento al hacer el “cotejo” de placas y datos de vehículos no se había encontrado ninguna irregularidad -ni láminas, ni especificaciones de las unidades- pues en ninguno de los casos había reporte de robo. ¿Extraño?, sí puede ser, pero no para alguien o alguienes, cuyos objetivos estaban claros, tanto en la ejecución como en el desarrollo, la forma en cómo realizar el hecho -ejecución- y las formas de hacer las cosas para evadir a la justicia…Sin embargo y pese a lo “cuidadoso” que fueron la Fiscalía de Justicia mexiquense, ya tiene hilos sólidos del caso. Sin duda el fiscal General José Luis Cervantes, pronto habrá de dar información sumamente importante al respecto…Resulta fundamental señalar, -como un avance- las indagatorias lograron detectar la “huella digital/rayado” del arma utilizada y resultó que esta tiene relación con otro hecho delictivo cometido en la Ciudad de México. Me explico, al checar lo rayado de la bala -que es como una huella digital- se encontró con que la misma arma había sido usada con anterioridad en un hecho delictivo cometido en la Ciudad de México y por supuesto eso acerca más, mucho más a la resolución del caso. Como lo adelantamos, las investigaciones van avanzando, no es un caso fácil, la probabilidad -como lo señalamos- de que exista uno -quizás varios- “zurdos o izquierdos” dentro de una corporación policiaca aumenta proporcionalmente y más aún que resulten partícipes de los hechos en algún momento. Ya le seguimos…Aunque el INEGI diga lo contrario, por hoy, cierro pico. Shalom. Mi correo es: alfredo.albiter@capitalmedia.mx.