No es una elección cualquiera, en ninguno de los dos casos, se trata de una decisión que va a requerir concentración, tiempo y esfuerzo, así es que nos instalaremos en la comodidad de un sillón para hacer la prospectiva correspondiente antes de cualquier otra cosa. El primer caso sería que México pasara a la siguiente ronda y digo el uno, porque más de 80 millones de mexicanos así lo deseamos y estaremos mantralizando para que así suceda.
Pensemos que así sucede. El primer dilema será; me levanto temprano, me baño, desayuno y antes de salir veo el partido del TRI. La siguiente opción sería no hago nada hasta después del encuentro. Si me decido por lo primero, corro el riesgo de que pierda el equipo de todos y no me van a dar ganas de salir a votar. “Lotro” de plano me la llevo leve y suceda lo que pase, hasta que me den ganas de ir a votar voy. Como ven tiene su complejidad…Ahora pensemos en que nuestra conciencia gana la batalla y decides primero salir a votar. ¿Con qué ánimo lo harás? Es cierto, el derecho ciudadano tiene su peso y mucho, pero ¿has pensado a cuántas tentaciones te vas a enfrentar? El compadre que siempre jala, hoy quizás quiera votar hasta después del partido o de plano te va a decir “mejor lléguele compadre, porque ando muy ocupado con las cosas de la casa”. ¿Llevar a los hijos? No papá al ratos nos escapamos nosotros.
Irás sólo pensando en que ¿ojalá y votes rapidísimo? Pero ¿y sí lo haces al revés? podrían pasar dos cosas: la primera es que pierda México, entonces irás a votar enojado, frustrado y de mala gana. Si gana la “seletzión”, puede que por la felicidad de ese gran paso, decidas ver la repetición del encuentro y ya con unas chelas entre pecho y espalda, pues se vaya el tiempo y no acudas a sufragar. ¿Ves? no es fácil. Yo lo pienso y me sudan las manos.
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen que la novedad no es que objetos prohibidos se encontraron en el penal de Santiaguito, sino como una y otra vez, entran hasta celulares. Claro no es magia…Cierro pico. Shalom.