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Opinion

#HerenciadelMéxicoAntiguo El ocelote enamorado de la luna

Carlos G. Alviso López

Hace cientos de años, el ocelote o jaguar era uno de los animales más inofensivos que habitaba Mesoamérica. Paseaba por la espesa selva, comía frutos, le gustaba mirar las estrellas y el cielo, donde una noche, sin pensar lo que sucedería, miró hacia arriba y descubrió a la luna, de la cual de inmediato quedó perdidamente enamorado.

Un día, inesperadamente apareció un cometa en el cielo nocturno, que atrajo por completo la atención de quienes habitaban la Tierra, dejando a un lado la admiración que le tenían a la luna, presto a que nadie desbancara a su amada, el ocelote retó desafiante al cometa.

La arrogancia de esta estrella con una enorme cola de fuego fue tan provocadora que el ocelote reaccionó agresivamente y sin dudar mostró sus garras y colmillos de forma amenazante para amedrentar al cometa y así se fuera del cielo.

Dicen que los dioses cuando crearon a los animales, Tonatihú le dio su color y le regaló la suavidad de las nubes como muestra de cariño, dicen que el ocelote en sus inicios no tenía manchas, solo el deslumbrante y llamativo color del Sol.

Fue entonces que el cometa reclamó al ocelote su actitud, le pidió no ser descortés con los que venían de fuera. Ya le habían advertido al ocelote que solo iba de paso, pero fue tanto su descontrol y enojo, que cegado por la ira siguió amenazando al cometa para que solo la luna brillara y luciera en la inmensidad celestial.

El cometa se defendió, arrojándole de su cola de llamas, rocas incandescentes para contraatacar al ocelote, quien no tuvo oportunidad de reaccionar y fue alcanzado por las bolas de fuego que le propinó su rival, sufrió quemadura en la piel que el astro rey le había obsequiado y que todos envidiaban por su resplandor.

Desde entonces se desató su furia, es símbolo de fortaleza y ferocidad, se volvió carnívoro y se adentró en la selva para acechar a sus presas, su piel se manchó con círculos negros que le recuerdan tratar amablemente a quienes vienen de fuera. El jaguar está relacionado con el inframundo, la oscuridad y la luz de la luna y es una herencia más del México antiguo.

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