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#HerenciadelMéxicoAntiguo Los anhelos de Quetzalcóatl

Carlos G. Alviso López
 

La Serpiente Emplumada es una deidad mítica de los mexica. Se dice que es el Dios del Viento, el amanecer y la plenitud de la luz. Su sola presencia en los campos da fertilidad a estos y no obstante a su enorme poder sobre los destinos de las personas, es un personaje generoso. Sus representaciones […]


La Serpiente Emplumada es una deidad mítica de los mexica. Se dice que es el Dios del Viento, el amanecer y la plenitud de la luz. Su sola presencia en los campos da fertilidad a estos y no obstante a su enorme poder sobre los destinos de las personas, es un personaje generoso.

Sus representaciones en el arte prehispánico son de alta veneración, ya que fue Quetzalcóatl quien dio todo para crear al mundo y no solo eso, sino que también rescató del inframundo los huesos de humanidades anteriores, para formar a los seres humanos del Quinto Sol.

De esa forma valerosa y contundente, la Serpiente Emplumada se introdujo al inframundo para rescatar los únicos granos de maíz existentes que había robado el señor de los muertos Mictlantecuhtli con los fines perversos de dejar en la hambruna a la humanidad.

Es el lucero de la mañana, con su aparición en el manto estelar da vida a un nuevo día y con ello, proporciona esperanza al Mundo y continuidad al ciclo de la vida. Es también quien, con los vientos guía y moviliza a las nubes para que en las siembras sea vertido el vital líquido y los alimentos se den fuertes.

Quetzalcóatl también se encarga de conferir conocimientos y carácter a los niños, en esta tarea tan trascendente se forman prominentes artesanos, agricultores, valerosos guerreros, pensadores y por supuesto, astutos gobernantes que guían a los pueblos con honor.

En la creación del mundo, cuando los dioses se estaban poniendo de acuerdo, su nobleza relució al defender a los seres humanos de algunos abusos divinos, poniendo en alto su lealtad y honestidad ante criterios fuera de lo que estaba previsto para nosotros en la Tierra.

Con este ejemplo de rectitud, valerosidad y pundonor  se rigieron los comportamientos y decisiones de Quetzalcóatl, para hacer de nuestro planeta un lugar digno y de buenas prácticas. Fue él quien creó los equilibrios entre lo bueno y lo malo, dejándonos con ello una herencia más del México antiguo.