www.capitaledomex.com.mx

#HerenciadelMéxicoAntiguo Tlacuilos: artistas tocados por los dioses y el saber

Carlos G. Alviso López
 

Sus habilidades eran inconmensurables, pues al tomar sus herramientas de trabajo y concentrarse en su labor artística, parecía que los dioses del mundo prehispánico se apoderaban de ellos para crear obras de arte que sólo muy pocos podrían realizar. Así era el quehacer del los tlacuilos o pintores de esos entonces, quienes se instalaban en […]


Sus habilidades eran inconmensurables, pues al tomar sus herramientas de trabajo y concentrarse en su labor artística, parecía que los dioses del mundo prehispánico se apoderaban de ellos para crear obras de arte que sólo muy pocos podrían realizar.

Así era el quehacer del los tlacuilos o pintores de esos entonces, quienes se instalaban en mercados o templos para llevar a cabo sus asuntos pictóricos ya fuera en piel de venado, papel amate, tela de algodón o materiales echaos de las fibras del maguey, donde plasmaban todo tipo de gráficos significativos de su vida.

El adiestramiento en esas cualidades se les instruía desde muy jóvenes a mujeres y hombres quienes sus obras dejaban en el anonimato y para el colectivo común, ya que no solía firmar ninguna de sus pinturas que se perpetuaron y quedaron para la posteridad de muchas generaciones.

Las y los tlacuilos dedicaban la mayor parte de su tiempo a documentar los sucesos para hacer historia legada, a quienes les darían sucesión años más tarde. Esto lo hacían por medio de los códices, manuscritos que resguardaban en lo que se conocía como amoxcalli, una especia de biblioteca de esos tiempos.

La palabra amoxcalli significa “casa del libro”, que surge de la combinación de los vocablos en náhuatl amoxtli que quiere decir libro y calli cuyo significado es casa. El acceso a los códices era exclusivo de los sacerdotes y mandatarios pertenecientes a la elite prehispánica.

Ellos, los que podían acceder al conocimiento vertido en estos papiros, sabían que la información y el conocimiento incrementaba su poderío y que la enseñanza era un sutil mecanismo de control y persuasión entre los pobladores comunes de las tribus antiguas de nuestro país.

Los tlacuilos eran los poseedores inmediatos del saber, su estatus y actividades fueron sumamente valorados por nuestros ancestros, quienes desde aquellos remotos años entendieron que la forma de superación era el estudio y registro de las cosas cotidianas en los códices que hoy son una herencia más del México antiguo.