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Incomunicación presidencial

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La Coyuntura. Por Vladimir Galeana


Hace tiempo que la comunicación social en la Presidencia de la República dejó de existir. Y no es que hayan dejado de trabajar quienes se encargan de hacernos saber lo que dice el Presidente, sino que la ineficiencia y la ineficacia hace ya rato que se aposentaron en Los Pinos. Alguna vez me permití señalar al segundo hombre en importancia en el equipo de comunicación social del presidente Enrique Peña Nieto que de persistir los tratos directos con los dueños de los canales de comunicación más importantes del país y de los estados, el resultado sería desastroso porque el Mandatario se quedaría sin amigos.

Ahora que la gente necesita explicaciones respecto del incremento en los combustibles, nadie se ha dado a la tarea de hacerlo y los mensajes llamando a la insurgencia y a tomar las calles proliferan en las redes sociales con el peligro, que eso representa, no tan solo para el Estado Mexicano, sino para la sociedad en general. También circula una documento de Lourdes Melgar, ex subsecretaria de Hidrocarburos, que entre otras cosas señala:

“¿En serio vamos a bloquear las gasolineras? ¿Quién creen que se va a ver afectado? El consumidor por supuesto. Tú, tú Mamá, tu esposo, tus hijos, la ambulancia que debe recoger a algún enfermo, el cirujano que es requerido en una operación, el abogado que tiene cita en un tribunal, el maestro que debe dar clases. ¿En serio queremos tan poco a nuestro México que deseamos generar caos y acabar como Venezuela? ¿Eso va a hacer nuestra vida mejor?

Hasta hace poco las gasolinas estaban fuertemente subsidiadas. De acuerdo a John Scot del CIDE en 2012 el subsidio de la gasolina era equivalente a tres por ciento del PIB, 52 por ciento de ese subsidio beneficiaba a los dos decirles más altos de la población. Es decir, se estaba subsidiando a los más ricos. La Reforma Energética nunca prometió gasolinas baratas. Ofrecía bajar costos de electricidad y gas natural.

Más del 53 por ciento de la gasolina es importada antes de la Reforma Energética. Aún con los incrementos que veremos en enero, la gasolina en México será de las más bajas de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Lo que urge es que lleguen las inversiones en infraestructura, poliductos, terminales de almacenamiento, incluso refinerías y que haya competencia. Si México es un país estable, vendrán las inversiones. Si creamos caos, llegaran a cuentagotas alegando el periodo de precios altos. Desde mi punto de vista sí hay algo que debemos exigir: el combate al robo de gasolinas y mayor inversión en el transporte público, sustentable y de calidad.

En la medida que crezca la oferta, ira bajando el precio. En algunas regiones podrá bajar antes que en otras, y para eso hace falta atraer inversiones, lo que sucederá si somos un país estable”. Muchas cosas más dice, y las dice bien. ¿Podrán hacerlo en Comunicación Social de la Presidencia de la República? Hasta ahora no. Al tiempo.