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Indicador político

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Leyes anticorrupción: hipocresía del poder


Si los partidos, legisladores y políticos que presionan por las leyes del sistema nacional anticorrupción fueran coherentes, antes de seguir con el proceso legislativo deberían proceder penalmente contra políticos corruptos que aspiran a ser gobernadores por todos los partidos y contra algunos gobernadores salientes con evidencias claras de corrupción.

Porque la guerra sucia entre candidatos está mostrando un escenario absurdo: doce estados de la República van a ser gobernados por políticos corruptos, gane quien gane, y algunos van a tapar las corruptelas de su antecesor, promovidos por los partidos que dicen en el Congreso que ahora sí lucharán contra la corrupción.

Así que el debate sobre las leyes del sistema anticorrupción es, en el mejor de los casos, un ejemplo de esquizofrenia –hipocresía– política: desconocer la realidad al tiempo que se diseñan leyes que no van a resolver el problemas que dicen que van a atacar.

Apenas una probadita: los gobernadores salientes de Oaxaca (PAN-PRD), Veracruz (PRI), Chihuahua (PRI) y Quintana Roo (PRI) han sido exhibidos con maniobras de enriquecimiento a costa del erario, y los candidatos a gobernador por Oaxaca (la familia Murat), los dos Yunes (Veracruz, el panista con riqueza propia y el priista como garantía de impunidad del que se va), el del PRI en Chihuahua que cubrirá las corruptelas del que sale y el del Caribe que fue puesto por el PRI para tapar corrupción, todos ellos están marcados por la corrupción.

De ahí que las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción saldrán tarde, entrarán en funcionamiento dentro de cinco años o más y no irán contra los corruptos de hoy, porque serán bajo el criterio de borrón y cuenta nueva. Si deveras hubiera honestidad política en sus promotores de todos los partidos, estarían obligados moralmente a acusar de corrupción con las leyes actuales a los políticos corruptos con riquezas inocultables.

La corrupción no es el problema, sino que es el efecto de una causa: las formas abusivas y autoritarias de ejercicio del poder político. En este sentido, la corrupción nació con el sistema político/régimen de gobierno/ Estado nacional y es (Alan Riding, Vecinos Distantes, 1984) la amalgama que mantiene unido al aparato de poder y sus funcionarios de todos los partidos. Sin corrupción se desmoronaría el sistema/régimen/Estado.

La corrupción existirá mientras exista el ser humano, como se ve en todos los modelos de gobierno del mundo. El problema es el abuso: controlado en regímenes estrictos, y forma de gobierno en sociedades sin contrapesos de poder. La corrupción se propicia en los Estados patrimonialistas, clientelares y alquilados. Los funcionarios públicos llegaban antes para servir y cobraban aparte sus servicios; hoy llegan sólo para enriquecerse, sin servir a la sociedad.

Y las sociedades que lidian con esa estructura de poder tienen que adecuarse a ese funcionamiento corrupto de las instituciones o desaparecer. El PRD se rasga las vestiduras contra la corrupción, pero no hizo más que institucionalizarla en la Ciudad de México, hoy con más corrupción que con el PRI. El PAN llegó a la presidencia con Fox y Calderón y avaló con su silencio la corrupción heredada del PRI.

Si deveras hubiera honestidad en la voluntad política del PRI, del PAN, del PRD, de Morena, del PT, del Panal y de MC, deberían de cancelar cuando menos cinco candidaturas a gobernador e iniciar procesos penales por corrupción contra cuando menos cuatro gobernadores salientes. Si no, entonces el Sistema NJacional Anticorrupción institucionalizará la hipocresía y será una tomadura de pelo a la sociedad.

Política para dummies: La política no es lo que es.

CARLOS RAMÍREZ

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@carlosramirezh