Cuatro adultos jóvenes murieron la madrugada del viernes pasado al estrellarse el automóvil BMW en que viajaban, contra un poste de acero ubicado en la esquina de Paseo de la Reforma y Lieja, en la Ciudad de México.
Al momento de impactarse contra el poste el vehículo iba a 180 kilómetros por hora y el conductor del mismo, un hombre de 33 años de edad, por estar totalmente borracho ni cuenta se dio de lo que ocurría y por ello no hizo ni pudo hacer algo para prevenir el accidente.
Irónicamente, el conductor sobrevivió por llevar puesto el cinturón de seguridad. Sus cuatro acompañantes, dos hombres y dos mujeres, por no haberse asegurado con los cinturones de seguridad murieron instantáneamente.
El accidente ocurrió a las 3:33 de la mañana y los cinco venían del Barezzito, un antro localizado en la colonia Roma, donde habían estado bebiendo hasta las 3:00 de la mañana.
Lo que ocurrió el sábado es un hecho que recibió más atención mediática que la mayoría de los otros accidentes viales que cotidianamente ocurren en nuestro país.
Durante los últimos días se ha escrito y comentado ampliamente sobre los accidentes de tránsito en nuestro país: que son la primera causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años, que entre 40 y 60 por ciento de los accidentes mortales tienen que ver con el consumo de alcohol, que en 2015 murieron cuatro mil 601 personas en accidentes automovilísticos.
De lo que se ha hablado poco es de la responsabilidad que en estas muertes tienen los que emborrachan a los que terminan sentados detrás de un volante o a los que permiten que un borracho se suba a un automóvil para conducirlo.
El conductor del BMW se emborrachó en el Barezzito, un lugar donde “todos los días son fin de semana” y que entre sus promociones destaca la de los martes en que a los clientes foráneos les ofrece una “botella gratis”.
¿No son de alguna manera responsables de las cuatro muertes el Barezzito y el personal que emborrachó al conductor del BMW? ¿No son corresponsables la empresa de valet parking y los empleados de la misma que permitieron que un borracho se sentara detrás del volante del vehículo?
En México, a diferencia de lo que ocurre en otros países, los emborrachadores o quienes les permiten manejar gozan de una absoluta impunidad cuando por sus actos u omisiones permiten que ocurra una tragedia como la del sábado pasado. Las leyes deben modificarse para castigar severamente a estas personas. Tal vez así empezaremos a ver menos accidentes fatales