El 24 de junio, el subsecretario de Control y Auditoría del Estado de México, Luis David Fernández Araya, anunció en sus Redes Sociales que presentaría un nuevo paquete de denuncias penales ante la Fiscalía en contra de ex servidores públicos de gobiernos pasados (2011-2023).
Destacó que se han detectado delitos como fraude, robo, enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad y otros contra la Hacienda pública, a través de acciones de control y auditoría.
Su mensaje parece aludir a los ex gobernadores del PRI, Alfredo del Mazo Maza, Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila. El tema es que aunque lleva casi un año en el cargo, protestado en diciembre de 2023, su trabajo ha sido criticado por ser principalmente comunicados en redes sociales y columnas en medios nacionales, donde lo ha ventilado sin formalizar la información que da a conocer, por lo que no deja de ser solo un tema mediático.
Un querido amigo y destacado periodista, expresó su esperanza de que Fernández Araya logre resultados concretos que disipen dudas. Solo agrego, también sería positivo ver avances en las investigaciones sobre presuntos actos de corrupción en el actual gobierno mexiquense.
Por lo pronto, en al menos dos medios de comunicación con los que el subcontralor, creo, mantiene una “buena relación”, se han dejado ir con todo al hablar de las “presuntas” investigaciones y resultados que Luis David ha tenido en su encargo, a tal grado que sostienen.
“Luis David Fernández Araya, titular de la Subsecretaría de la Contraloría del Gobierno del Estado de México realizó, en este primer año de trabajo, más de 21 mil acciones de control y evaluación, tanto en el tema de ingresos como en el gasto público… los resultados son observables… al punto de que su titular podría ser contemplado en otros espacios para impulsar el compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas”, la autopromoción a todo lo que da, ¡Ah bárbaro!
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Gracias por su lectura, los espero todos los días en cuestiondepolemica.com, y en mis redes sociales, ya lo sabe, que le vaya como se porte.
Daniel Camargo Hernández