Pareciera que las cosas seguirán poniéndose mal en los meses subsecuentes. La lucha por el poder será cruda y muchos saldrán lastimados, pero a los simples ciudadanos solamente nos queda observar y esperar a que nuestros conspicuos políticos hagan su chamba de la peor manera porque antes que la propuesta y la oferta política estarán las descalificaciones, las diatribas, las acusaciones sin fundamento, y las reyertas entre quienes serán candidatos y los diseños que para cada caso hagan los estrategas de campaña.
Es más fácil acusar que proponer, y esa será la principal circunstancia que viviremos en los siguientes meses.
Resulta grave la acusación de que los presuntos golpeadores que evitaron que se realizara un acto del Movimiento de Regeneración Nacional fueron contratados por Martí Batres y Gerardo Villanueva, lo que significa que la guerra sucia está siendo protagonizada por las huestes del señor López Obrador para provocar el “efecto del desvalido”.
Este tipo de montajes para cambiar percepciones no es más que una argucia de la presunta guerra sucia entre ambas fuerzas políticas, pero también hay que señalar que el señor Andrés Manuel López Obrador se convirtió en un experto sembrador de odios acusando sin pruebas a todos sus adversarios de hurtar las arcas públicas, y de atentar contra el bienestar de los mexicanos al desviar los caudales públicos. Claro está que nunca habla de los más de veinte mil millones de pesos de dinero público que ha empleado en todas sus campañas.
Otro ejemplo de ese profundo odio que se está arraigando con la polarización de las campañas políticas lo dio el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, al acusar directamente al presidente Enrique Peña Nieto de incumplir un acuerdo para sanear las finanzas estatales a causa de la detención de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez por presuntamente haber participado en la simulación de contratos de prestación de servicios para favorecer con recursos al PRI en las campañas políticas pasadas.
La dirigencia nacional, por voz de su secretaria general, Claudia Ruiz Massieu, aseguró que no existen indicios siquiera de que el partido haya recibido recursos que no le corresponden, pero la Secretaría de Hacienda fue más allá al señalar que Chihuahua ha recibido en tiempo y forma no tan sólo las transferencias federales que por ley le corresponden, también los recursos de los excedentes que se tuvieron en la Federación. Que el señor López Obrador vierta odio en cada una de sus disertaciones es la costumbre, pero lo riesgoso es que el señor Anaya siga dando instrucciones de polarizar más el ambiente. El desastre puede estar a la vuelta de la esquina. Al tiempo.
Es más fácil acusar que proponer, y esa será la principal circunstancia que viviremos en los siguientes meses.
Resulta grave la acusación de que los presuntos golpeadores que evitaron que se realizara un acto del Movimiento de Regeneración Nacional fueron contratados por Martí Batres y Gerardo Villanueva, lo que significa que la guerra sucia está siendo protagonizada por las huestes del señor López Obrador para provocar el “efecto del desvalido”.
Este tipo de montajes para cambiar percepciones no es más que una argucia de la presunta guerra sucia entre ambas fuerzas políticas, pero también hay que señalar que el señor Andrés Manuel López Obrador se convirtió en un experto sembrador de odios acusando sin pruebas a todos sus adversarios de hurtar las arcas públicas, y de atentar contra el bienestar de los mexicanos al desviar los caudales públicos. Claro está que nunca habla de los más de veinte mil millones de pesos de dinero público que ha empleado en todas sus campañas.
Otro ejemplo de ese profundo odio que se está arraigando con la polarización de las campañas políticas lo dio el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, al acusar directamente al presidente Enrique Peña Nieto de incumplir un acuerdo para sanear las finanzas estatales a causa de la detención de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez por presuntamente haber participado en la simulación de contratos de prestación de servicios para favorecer con recursos al PRI en las campañas políticas pasadas.
La dirigencia nacional, por voz de su secretaria general, Claudia Ruiz Massieu, aseguró que no existen indicios siquiera de que el partido haya recibido recursos que no le corresponden, pero la Secretaría de Hacienda fue más allá al señalar que Chihuahua ha recibido en tiempo y forma no tan sólo las transferencias federales que por ley le corresponden, también los recursos de los excedentes que se tuvieron en la Federación. Que el señor López Obrador vierta odio en cada una de sus disertaciones es la costumbre, pero lo riesgoso es que el señor Anaya siga dando instrucciones de polarizar más el ambiente. El desastre puede estar a la vuelta de la esquina. Al tiempo.