En una reunión con periodistas, el embajador estadounidense, Jeffrey Davidow, respondió una pregunta que circulaba en el ambiente al comenzar el sexenio de Fox: ¿tenía Manuel Bartlett Díaz, entonces senador priista, problemas en EU por el caso del asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar en 1985, cuando Bartlett era secretario de Gobernación?
La pregunta concreta fue:
–¿Puede entrar Bartlett a EU o tiene alguna prohibición?
El embajador respondió:
–El señor Bartlett Díaz puede ingresar sin restricciones a EU.
Y guardó silencio un par de segundos, y agregó:
–Salir, quién sabe.
Ahora dentro de la propia coalición lopezobradorista han salido los enojos por tal distinción y han recordado el papel de Bartlett como presidente de la Comisión Federal Electoral en julio de 1988 en el conteo interrumpido de los votos presidenciales.
Pero Bartlett fue más que el responsable de la caída del sistema de conteo de votos en 1988. Estuvo en el PRI y en Gobernación de 1967 a 1976 en áreas que tuvieron vinculación política con el 68 y el halconazo de 1971. En 1979 se sumó a Miguel de la Madrid: asesor político, operador de la precampaña, secretario general del PRI en 1982 para controlar disidencias contra el tecnócrata De la Madrid y secretario de Gobernación en diciembre de 1982.
En Gobernación funcionó como la aldaba priista del régimen: en 1986 le tocó manejar la elección fraudulenta de gobernador en Chihuahua a favor del PRI y su principal aliada fue la maestra Elba Esther Gordillo; por eso como secretario de Educación no se atrevió a tocar al sindicato magisterial. Bartlett operó la elección de Salinas en 1988 y se quedó con los secretos del sistema de cómputo; por eso el presidente Salinas le dio Educación y después comisionó nada menos que a su superasesor Joseph-Marie Córdoba Montoya para que manejara su destape como candidato a gobernador de Puebla.
De 1983 a 1985 Bartlett tuvo el control directo del aparato de espionaje gubernamental en Gobernación: Investigaciones Políticas y Sociales y Federal de Seguridad. El director de la DFS fue José Antonio Zorrilla Pérez, un activo de Fernando Gutiérrez Barrios, aunque en la policía política se subordinó a las órdenes directas de Bartlett.
Por tanto, la descomposición de la DFS fue también corresponsabilidad de Bartlett: represión a disidentes, corrupción de líderes sociales, protección de la DFS a narcotraficantes, relaciones con la CIA y el corrimiento de la DFS hacia la Stasi de Alemania comunista y por tanto de la KGB soviética. Por la protección de la DFS al narco asesinaron al periodista Manuel Buendía, columnista de Excélsior, en 1984, y la DFS fue acusada del crimen. Y en 1985 el embajador John Gavin denunció que la DFS protegía a narcos.
Bartlett no sólo representa la imagen del fraude electoral de Estado en 1988, sino también de la seguridad política del régimen priista en 1983-1985. Y su papel como el policía político del neoliberalismo delamadridista-salinista 1979-1993. En 2006 Bartlett rompió con el PRI, pidió el voto útil por López Obrador y en 2012 éste lo premió con la senaduría pluri por el PT.
Si hay un personaje del viejo régimen siniestro del PRI, en diciembre estará en la CFE del nuevo gobierno de los redimidos por López Obrador.
Política para dummies: La política es el poder, no jardín de niños.
Si yo fuera Maquiavelo: “El no ser odiado por el pueblo es uno de los remedios más eficaces de que dispone un príncipe contra las conjuraciones”.
Manuel Bartlett, definición de régimen priista de AMLO
Bartlett no sólo representa la imagen del fraude electoral de Estado en 1988, sino también de la seguridad política del régimen priista en 1983-1985
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